No se había planteado el debate sobre los niveles de conducción autónoma hasta que, desgraciadamente, recientemente se produjo el primer fallecido a los mandos de un vehículo con una tecnología de este tipo. ¿Cuáles son estos niveles? Porque, aunque quizá no lo sabías, AutoPilot de Tesla es sólo un ‘nivel 2’ de un rango que alcanza hasta cuatro niveles como máximo. Y como podrás imaginar, el primero de ellos o ‘nivel 0’ es, sencillamente, un coche que no es autónomo. Pero vamos con ello en profundidad.
Partiendo de esta base, de que el inicial es el nivel 0, con respecto a él sólo debemos saber que, según la NHTSA, un vehículo encaja en esta clasificación cuando el humano se encarga de todo –en la conducción-. Sí, aquí encajan también los coches automáticos, en los que la propia transmisión se encarga de engranar velocidades. Sin embargo, por encima de esto tenemos el nivel 1, el primer escalón en la conducción autónoma.
Un vehículo encaja dentro del nivel 1 de conducción autónoma cuando ‘controles individuales son automáticos’. Es decir, que aquí tenemos todos los vehículos que cuentan con sistemas de control de estabilidad, freno autónomo de emergencia, control de crucero y tecnologías similares que, actualmente, casi cualquier modelo nuevo cuenta con ello. Más adelante tenemos el nivel 2, que es en el que encajan actualmente los modelos de Tesla con AutoPilot, y en el que encajan también el Mercedes-Benz Clase E y modelos similares. ¿Por qué? Porque en el nivel 2 de conducción autónoma ya sí tenemos que dos funciones son controladas por el vehículo al mismo tiempo: control de crucero y mantenimiento en el carril.
Tenemos otros dos niveles por encima de la conducción autónoma que se plantea actualmente, y que en TestCoches.es nos empeñamos en llamar conducción semi-autónoma, aunque el marketing apueste por el concepto que más ventas genera. En definitiva, el nivel 3 dentro de la conducción autónoma ya cuenta con que el coche conduce por sí solo y controla todas las funciones de conducción, aunque requiere de un conductor ‘de asistencia’, al que puede consultar en determinadas ocasiones.
El último es el nivel 4, según lo estipulado por la NHTSA, y es en el que, al fin, el coche se conduce por sí solo y no requiere de ningún tipo de ayuda humana para hacerlo. Lo único que necesita del humano, que ya ni siquiera se podría considerar conductor, es que seleccione a dónde quiere ir, y a partir de aquí es el coche el que se encarga de absolutamente todo.