Mientras todo el sector del automóvil se mueve, a nivel internacional, directamente hacia el coche eléctrico, siguen sonando de fondo avances en torno al coche de hidrógeno. Sus mayores impulsores son los fabricantes japoneses, y entre ellos probablemente Toyota sea quien se lleva el protagonismo. Recientemente firmaron un acuerdo con BMW y la marca bávara lanzará su propio coche de hidrógeno en 2028. La situación de los coches de hidrógeno es la que es: apenas existen dos modelos y no hay hidrogeneras para recargarlos. Aún así, Toyota plantea una solución para la infraestructura y pasa por usar cartuchos portátiles de hidrógeno.
No hay infraestructura para los coches de hidrógeno
Si los usuarios de coches eléctricos se quejan de la falta de infraestructura de carga para sus vehículos, o de las deficiencias de la red disponible, el mapa de hidrogeneras es todavía mucho más pobre. Y no solo en España, sino en toda Europa. Pero en Toyota, que como te digo son el principal impulsor de esta tecnología, son plenamente conscientes de ello y por eso han diseñado una solución. Algo que nos acerca a la viabilidad de los vehículos con tecnología de pila de combustible.
Este tipo de vehículos tienen un sistema motriz totalmente eléctrico, igual que el de un coche eléctrico a batería, pero con la diferencia de que no se conectan a la red eléctrica sino que la alimentación que necesitan es de hidrógeno. A partir de este hidrógeno producen electricidad con un sistema interno, y con ella alimentan su sistema de propulsión. Son sistemas más complejos que los que usan los eléctricos puros y este tipo de vehículos sí que tienen tubo de escape, pero para emitir oxígeno como resultado de la reacción química a partir de la cual se produce electricidad.
Cartuchos de hidrógeno portátiles, un invento de Toyota
A día de hoy los coches de hidrógeno tienen depósitos en los que se carga este combustible, digamos, de forma local. Es decir, que el depósito está integrado en los vehículos de pila de combustible. Y la idea de Toyota, y esta tecnología que han desarrollado, se basa en cartuchos portátiles que funcionan como un sustituto de estos depósitos. Es decir, que lo que han hecho es sacar el depósito y convertirlo en un cartucho recargable portátil.
Y es una buena idea porque este tipo de cartuchos tiene un peso bastante contenido en relación a la autonomía que pueden dar. Un Toyota Mirai tiene con sus depósitos una capacidad total de 140 litros de hidrógeno. Y el hidrógeno líquido pesa 0,07 kg por litro. De modo que para ‘llenar’ un Toyota Mirai tan solo haría falta un cartucho de 10 kg, que no es un peso demasiado elevado si consideramos que con ello supera los 650 km de autonomía en base a la homologación del ciclo WLTP.
No solo para coches de pila de combustible
Pero es que además, para reforzar su idea, Toyota ha pensado en que no solo sirvan para los vehículos sino también para otras aplicaciones. De hecho, en asociación con otro fabricante han desarrollado una cocina de hidrógeno. Así, estos cartuchos podrían aplicarse a otros ámbitos además del de la movilidad. Ahora bien, no han revelado planes respecto a su disponibilidad, su distribución, que teniendo en cuenta las limitaciones de la infraestructura es el aspecto crítico, y tampoco respecto a su precio.
Es una clara demostración de intenciones por parte de Toyota, que sigue trabajando en el hidrógeno como una alternativa a la movilidad totalmente eléctrica en el futuro. Y tienen otros planes además del hidrógeno para vehículos de pila de combustible, porque meses atrás anunciaron una alianza con Mazda y Subaru para desarrollar nuevos motores térmicos, y resulta que esos motores térmicos son compatibles con hidrógeno.