Cuando parecía que estaba claro que solo existirán coches eléctricos en cuestión de pocos años, Stellantis se opone totalmente a esta opción y ha revelado que están trabajando en motores de combustión de hidrógeno. Es decir, motores como los que a día de hoy se alimentan de gasolina o diésel, pero que en su lugar usan hidrógeno. Una opción distinta a los modelos de ‘pila de combustible’ que, a fin de cuentas, están bastante más cerca de cómo funciona un coche totalmente eléctrico. Así lo ha señalado Carlos Tavares, el director ejecutivo de Stellantis.
Durante la inauguración de la fábrica de pilas de combustible de hidrógeno Symbio en Lyon, en Francia, el director ejecutivo de Stellantis ha criticado duramente a los legisladores europeos por sus ‘brutales métodos’ para alejar a los fabricantes de automóviles de los combustibles fósiles y directamente enfocarlos hacia el coche eléctrico. Durante esta cita, Tavares ha asegurado que ahora ‘el pensamiento dogmático está siendo perjudicado por la realidad‘, por la sencilla razón de que ‘si no es asequible, la gente no puede pagarlo’. Así que la estrategia de Stellantis apunta hacia un futuro ‘multi energía’, digamos, con alternativas al coche eléctrico puro.
Stellantis se niega a apostarlo todo al coche eléctrico y trabajan en motores de combustión alimentados por hidrógeno
Está empezando la ‘competencia entre pilas de combustible, vehículos eléctricos, combustibles sintéticos y también motores de combustión de hidrógeno’, según ha señalado Tavares en este evento, y ha insistido en que durante los próximos años se irá viendo cuál es la mejor solución para los ciudadanos. Y desde luego, esta no es la primera ocasión en la que se considera la opción de quemar hidrógeno con motores térmicos similares a los actuales de gasolina y diésel. Tanto es sí que, hasta la fecha, se ha considerado como la mejor solución, más sencilla y más económica para la descarbonización de la movilidad. Especialmente en el segmento de los vehículos comerciales.
Uno de los aspectos clave en esta tecnología es que, aunque los motores gasolina se tienen que modificar, en realidad una buena parte del mecanismo de este tipo de mecánicas permanece igual. El obstáculo importante que hay en esta estrategia es que se tiene que establecer una red de abastecimiento de combustible y que, por supuesto, se tiene que producir hidrógeno verde a gran escala para que los motores de combustión de hidrógeno sean una solución viable.
De momento, Stellantis no ha aclarado su futuro respecto a esta tecnología; es decir, no han señalado de forma específica qué modelos ofrecerán con estos motores de combustión de hidrógeno. Pero de momento ya se han atrevido a vender su gama K0, de furgonetas medianas, con opción de pila de combustible de hidrógeno. Así que no es difícil adivinar que esta misma gana es la que, con mayor probabilidad, podría adoptar esta tecnología en primera instancia.
Hay una realidad a tener en cuenta, y es que este tipo de motores no son ‘100% limpios’; es decir, que los motores de combustión de hidrógeno sí que tienen unas bajas emisiones de NOx. Ahora bien, sus emisiones también se pueden aplicar con el mismo tratamiento de AdBlue que se está utilizando desde hace años en los motores diésel. Desde luego, Stellantis está pensando en más soluciones que nadie de cara al futuro, porque incluso han contemplado también convertir las furgonetas de sus clientes, las que ya se han vendido y se alimentan de diésel, a configuraciones totalmente eléctricas y con un precio relativamente contenido. Una apuesta ‘multi energía’ que se parece, en cierto modo, al enfoque que tenía Toyota. Pero con la enorme diferencia de que por los eléctricos también están apostando de lleno.