De entre las marcas de vehículos deportivos, Porsche se ha desmarcado del resto de ‘tradicionales’ llevando a cabo una mayor apuesta por el coche eléctrico que, desde luego, con el Porsche Taycan les ha salido bien. Recientemente han dado otro paso estrenando el Porsche Macan electric, aunque en paralelo han mantenido la versión térmica también a la venta. Y ahora los accionistas de la compañía están ejerciendo presión sobre el Consejo de Administración y la dirección para que se recorten las inversiones en electrificación.
Algo complicado que ocurra, y más aún cuando la marca ha hecho una clara demostración de intenciones al estrenar apenas hace unos días su primer Porsche 911 híbrido. Con su ‘buque insignia’ no se han atrevido todavía a hacer una apuesta totalmente eléctrica, pero la gama 718 será eléctrica, y el primer paso para que esto se cumpla ha ocurrido ya con la retirada del mercado del Boxster y el Cayman. Todas estas no son más que demostraciones claras de que Porsche tiene una estrategia definida hacia la electrificación completa de su gama. Además, para ello están ultimando también su plataforma SSP Sport que llegará en torno al año 2028.
Presión sobre Porsche para que deje de invertir en los coches eléctricos
La junta general de accionistas que ha tenido lugar este viernes ha dejado en evidencia que hay una división de opiniones entre los responsables del negocio de la marca y los dueños de los títulos de la misma cotizada. Al consejero delegado de Porsche, Oliver Blume, se le ha preguntado en esta sesión por qué mantiene el objetivo de que para el año que viene más de la mitad de sus ventas sean de eléctricos. Sobre todo, porque otras compañías han cambiado de estrategia vista la evolución del mercado. Sin ir más lejos, Mercedes-Benz mantendrá sus gasolina más allá de 2030, tienen ahora mismo congelada su fábrica de baterías en colaboración con Stellantis e incluso han cancelado su plataforma eléctrica para modelos de alta gama.
Los problemas de suministro que afectan al sector y la ralentización del negocio en China, para los inversores, son razones importantes como para plantear una revisión de la estrategia de Porsche. De hecho, estos problemas de negocio ya se han notado en las cotizaciones. Desde que empezase el año, las acciones de Porsche han perdido un 35% de su valor y, sin embargo, las acciones de Ferrari en el mismo tiempo se han disparado cerca de un 40%. Y son señales de que la estrategia no está siendo la acertada, porque además las ventas del Porsche Taycan han caído a la mitad durante el primer trimestre del año.
Durante el pasado año 2023, la compañía logró entregar 320.221 vehículos a clientes registrando un crecimiento del 3,3% respecto al año anterior. La actualización del Panamera, del Macan, del Taycan, del Cayenne y del 911 apenas acaban de tener lugar, y la marca alemana ha dejado clara su intención de ‘reducir la edad media de la gama’. Todas estas recientes actualizaciones también tienen que ver con la situación que atraviesan, porque el efecto ‘V’ es habitual cuando se estrena un nuevo modelo. Sencillamente, las ventas caen por cada lanzamiento y vuelven a recuperar su impulso más adelante.
Desde Porsche, su propio director ejecutivo ha reconocido que la situación es complicada para ellos en el mercado chino. Por la crisis con los concesionarios, por la reducción de ventas de los eléctricos y por el protagonismo de las marcas locales. Pero además ha mostrado preocupación también por la escalada en la tensión comercial entre Europa y China. En el país asiático registraron una caída del 15% en sus ventas. Y estas cifras son críticas, porque el mercado chino sigue suponiendo una cuarta parte de su volumen de ventas a nivel global.