Si esperas que la evolución tecnológica y que la demanda hagan su trabajo, y que los coches eléctricos sigan bajando de precio, la marca bávara tiene algo que decirte: ‘los coches eléctricos siempre serán más caros que los de motor térmico’. Eso es lo que ha asegurado Klaus Fröhlich, justificando su afirmación en la creciente demanda de minerales necesarios para la fabricación de las baterías modernas.
Esta creciente demanda de minerales, según BMW, mantendrá los elevados precios de las baterías, y por tanto también el ‘sobrecoste’ de los coches eléctricos. Al directivo de la marca de coches alemana le preguntaron si ‘los costes de los coches eléctricos, en algún momento, se acercarán a los de los vehículos con motor térmico’. Y su respuesta fue que nunca, aunque matizó que ‘Es simple. Incluso a plena escala, 1 kWh se mantendrá en 100/150 euros’, lo que implicaría un coste de 10.000 a 15.000 euros por las baterías de un coche con 90 ó 100 kWh.
Nunca. Los coches eléctricos no se equipararán a los modelos con motor térmico en precio
Con estos costes a los que se refieren desde BMW, añaden, se pueden producir coches completos. En la fabricación de baterías no existe economía de escala porque, cuando todos quieren usar el cobalto –un mineral con disponibilidad limitada-, la tendencia del precio no es a bajar sino a subir. Añade el directivo, además, que ‘es una pesadilla que un coche eléctrico cueste lo mismo que uno con motor de combustión interna’. En la marca alemana creen que nunca costarán lo mismo.
Frente a este problema, sobre el cual en BMW están bien documentados, la marca alemana ya ha adelantado que no utilizarán este tipo de minerales para reducir su vulnerabilidad a una posible crisis de recursos. En la quinta generación de motores eDrive van a optar por una fabricación diferenciada de la habitual en el mercado. Pero tampoco son los únicos que han tomado un camino paralelo al del cobalto.
Fabricantes como Toyota y Fisker están investigando en torno a las baterías de estado sólido y el grafeno, como Ford. Y aún así, todavía hay un margen para los precios de las baterías de los coches eléctricos. Desde los 110 dólares por kWh actuales –aproximadamente-, se cree que pueden bajar hasta 80 dólares.