Las marcas generalistas, como es evidente, no tienen los mismos objetivos, con los coches eléctricos, que las marcas premium o las que se dedican a los superdeportivos. Mientras el resto ‘pelean’ por hacer un coche ‘barato’ y que ofrezca una buena autonomía, la británica Aston Martin tiene un objetivo bien distinto: superar el circuito de Nürburging con su primer coche 100% eléctrico.
Si nos referimos a los vehículos con motor de combustión, hacer una vuelta –o varias- al circuito de Nürburgring no tiene nada de ‘especial’, o más bien de difícil. Otra cosa es que queramos conseguir un determinado tiempo. Sin embargo, en el caso de los coches eléctricos, sí que supone un reto por la pérdida de prestaciones que sufre la propulsión de un eléctrico, a medida que se van ‘gastando’ las baterías.
Hacer el circuito de Nürburgring, el reto del Aston Martin RapidE
Ya llegará más información, han señalado desde la propia directiva de Aston Martin, pero su RapidE eléctrico será capaz de alcanzar 250 km/h de velocidad punta mientras se enfrenta a vueltas en circuito. ¿Qué hay de especial? Que, efectivamente, supone todo un reto para cualquier coche eléctrico el hecho de mantenerse dando el 100% de su rendimiento, durante una vuelta en circuito.
El problema es que se genera calor en este tipo de uso intensivo de un coche eléctrico; este calor se combate limitando el flujo de corriente, luego se pierde rendimiento de manera inevitable. No podemos mantener la entrega máxima en un coche eléctrico, mientras que en uno de combustión sí que es posible.
Desde Aston Martin, y respecto a su nuevo Aston Martin RapidE, han adelantado también que contará con un sistema de 800 voltios, como el que también se va a montar en el Porsche Taycan. Así se podrán reducir de manera drástica los tiempos de carga. Ahora bien, frente a los 600 CV aproximados del Porsche Taycan, el Aston Martin RapidE ofrecerá entre 800 y 1.000 CV de potencia máxima, y solo se fabricarán 155 unidades.