Un neumático puede parecer simple, pero el dibujo está perfectamente estudiado para que la cubierta desaloje el agua a un ritmo verdaderamente vertiginoso. En multitud de ocasiones hemos explicado que la profundidad del dibujo es crucial para evitar el aquaplanning, pero ¿cómo trabajan realmente estos surcos?
En un excelente reportaje, Discovery MAX explica cómo funcionan los neumáticos, de una forma muy gráfica y sencilla de entender. Como sabrás, para que se mantenga la adherencia, lo fundamental es mantener el contacto entre el neumático y el suelo, luego la tarea fundamental cuando se enfrentan al agua es evacuar este agua de la parte inferior para mantener contacto con el pavimento.
Cómo funcionan los neumáticos y cómo evacúan el agua
En este sentido, como nos explican en Discovery MAX, es crucial el diseño de sus surcos, con cuatro bandas que recorren la circunferencia y otros que la cruzan de forma perpendicular. La presión que ejerce el neumático, junto al peso del propio vehículo, provoca que en la parte delantera se forme una ola que, poco a poco, se va infiltrando en los surcos centrales y expulsando a través de los surcos exteriores.
Dado que el agua no se comprime, a medida que el coche avanza genera presión y reduce la superficie en la que se infiltra el agua. Este agua, infiltrada en los surcos centrales, se canaliza a través de los surcos o dibujos secundarios y se expulsa con gran fuerza, por la presión que se genera en la zona interior. Pero no sólo se evacúa el agua por la zona lateral, sino también la posterior, a un ritmo de hasta 6 litros por segundo.
La velocidad es clave para el funcionamiento de los neumáticos
La capacidad de los neumáticos para evacuar agua es limitada, como es evidente, y cuando circulamos a gran velocidad se reduce el tiempo de evacuación de forma considerable. Esto quiere decir que si mantenemos una velocidad de 100 km/h, aproximadamente, aprovecharemos su capacidad máxima, mientras que de aquí en adelante estaremos reduciendo su capacidad para evacuar el líquido.