Las baterías LFP se han planteado, durante varios años, como la tecnología barata como alternativa a las baterías NCM. Las primeras, efectivamente son más económicas, pero tienen el problema de una menor densidad energética y, además, soportan una potencia de carga algo más baja. De hecho, ahí reside la explicación al problema de BYD frente a algunos rivales. Pero estas baterías con celdas LFP son usadas cada vez por más fabricantes porque es verdad que son más seguras y, sobre todo, tienen una vida útil mucho más extensa. Pues bien, Renault ha decidido no usarlas, en contra de lo que están haciendo todas las marcas, porque creen tener una solución mejor.
Quien ha explicado todo esto ha sido el jefe de ingeniería de Renault, a través de una entrevista en la que ha señalado que junto a Nissan han estado analizando las baterías LFP con detenimiento y, en contra de lo que está haciendo la mayor parte de la industria, que es abrazar esta tecnología en una buena parte de sus modelos de coche eléctrico, decidieron apostar por las baterías NCM. Según revela el jefe de ingeniería de la marca francesa, esta decisión se tomó a principios del año 2021, y se hizo así por integración en su plataforma. El Renault 5, para mantenerse por debajo de los 4 metros de longitud de carrocería, sencillamente no podía usar una batería LFP porque tienen una densidad energética un 30% menor.
Todas apuestan por las baterías LFP salvo Renault y Nissan, pero es que tienen preparado ‘algo mejor’ para el futuro
En base a lo que ha explicado el jefe de ingeniería de la compañía, el uso de baterías LFP les suponía ciertos problemas. Al ser más pesadas si se usan con una capacidad equivalente, esto tiene un impacto negativo demasiado fuerte en partes como el tren de rodaje, los frenos y otros. Así que esta es la explicación por la que otros lo han hecho –la mayoría, en realidad- y ellos no han querido usar baterías LFP a pesar de las varias importantes ventajas que presenta esta química. De hecho, consideran que no es el camino a seguir el que han decidido tomar el resto de compañías del sector, incluyendo a Tesla.
La marca francesa, junto a Nissan, ha preferido desarrollar una sola química, la de sus celdas NCM; aunque optimizando el nivel de cobalto empleados en ellas para controlar los costes de producción. De hecho, es por esto que tanto el Nissan LEAF de nueva generación como el Juke, el Micra y, por supuesto, el Renault 5 y Renault 4, seguirán empleando una batería con celdas de tipo NCM. Y mientras tanto, eso sí, tal y como explicó Denis Le Vot, CEO de Dacia, están estudiando las baterías de sodio como nueva opción para incorporar en algunos modelos muy concretos. Específicamente en la futura gama de coches eléctricos de Dacia, que apuntará a precios mucho más bajos que los de sus rivales.
En Dacia ya han dejado muy claro que sus próximos coches eléctricos, siguiendo el enfoque del Dacia Spring actual, no van a destacar en su segmento por una gran capacidad de almacenamiento energético y tampoco por una alta potencia máxima de carga. En realidad estarán por debajo de sus rivales en estos dos aspectos críticos, pero cumpliendo con lo imprescindible a nivel técnico y, sobre todo, apostando por precios mucho más competitivos que los de sus rivales. Vamos, que ya sabemos que es aquí donde Dacia va a apoyar su estrategia ‘low cost’ en coches eléctricos. Empezando por el Dacia Sandero 2027, ya eléctrico.
Desde Renault avanzan que sus baterías NCM con electrolito líquido, las que están usando a día de hoy, se pueden llegar a optimizar para alcanzar los 700 Wh/L de densidad energética, como máximo. Y prevén que las nuevas baterías de estado sólido, que están siendo desarrolladas por Nissan, podrán llegar hasta los 1.000 Wh/L. Este tipo de baterías, con electrolito sólido, no solo tienen una densidad energética muy superior, sino que además ofrecen una mayor estabilidad térmica y reducen a cero el riesgo de incendio. Así que, en definitiva, parece claro que Renault va a exprimir las baterías NCM hasta que les sea posible y, sobre todo, hasta que lleguen las nuevas baterías de sodio a la gama de Dacia y, después, las baterías de estado sólido tanto a los modelos de Renault como a los de Nissan.