A día de hoy, la autonomía de los coches eléctricos ha dejado de ser un problema o, como poco, es un problema menos relevante de lo que era hace unos años. Y los compradores de este tipo de vehículos se fijan cada vez más en la potencia de carga. Cuanto mayor sea, más rápido se carga la batería y menos tiempo hay que esperar en los puntos de carga. Esto en viajes es clave, y acerca la experiencia a la de un repostaje de un gasolina o un diésel. Pues bien, aquí BYD pincha frente a sus rivales y es curioso, porque además de fabricante de vehículos es también el segundo mayor fabricante de baterías a nivel mundial para coches eléctricos. Y sí, usan una tecnología propia y vanguardista. ¿Qué está pasando aquí?
Usando el sistema de carga rápida al máximo de sus capacidades, un BYD Dolphin puede llegar a los 340 km/h. Esto significa que, por cada hora conectado a un poste, puede recuperar 340 km de autonomía en el mejor de los casos. Y frente a esto, un MG 4, que es el producto con el que compite, llega hasta los 630 km/h, que es una diferencia realmente grande. El Volkwagen ID.3 llega hasta 680 km/h y el Renault Mégane E-Tech a un máximo de 530 km/h. En definitiva, cualquier rival del BYD Dolphin ofrece un dato mucho mejor en este apartado.
¿Qué está pasando aquí? Los eléctricos de BYD se cargan mucho más despacio que sus rivales, tanto los más baratos como los más caros
Recuerdo que en la presentación de la marca para España, en mayo de este año, le pregunté a un portavoz por qué la ‘carga rápida’ es tan lenta en comparación con la de modelos con los que compiten. Y no me dio una respuesta, sino que evitó la pregunta y no pareció hacerle demasiada gracia. Y es de suponer que esta enorme diferencia frente a sus rivales esté justificada porque BYD usa baterías LFP incluso en sus modelos más altos de gama, mientras que los rivales suelen apostar por baterías NCM. Que son más caras, tienen mayor densidad energética, su vida útil es menor y, además de estas diferencias, se particularizan también porque soportan mayores potencias de carga.
Siguiendo con los ejemplos, el BYD Seal puede recuperar hasta 550 km/h, mientras que el Tesla Model 3 alcanza los 780 km/h. Un BYD Atto 3 registra hasta 370 km/h y, frente a él, un Kia e-Niro llega a 390 km/h y el Hyundai KONA eléctrico, aún mejor, registra hasta 400 km/h. Vamos, que no se trata de un caso aislado de un único modelo de coche eléctrico de BYD, sino que en todos la velocidad de carga de su batería está por debajo de lo que ofrecen sus competidores. Y esto es algo sobre lo que BYD nunca ha sido clara y específica.
Como te comentaba anteriormente, mi sospecha es que se debe al uso de baterías LFP. Esto a sus competidores les deja una clara ventaja puesto que, al usar baterías NCM, tienen capacidad para soportar potencias de carga más altas. Y evidentemente, es algo que cuando se va a hacer un viaje de larga distancia se deja notar. A fin de cuentas, es lo que condiciona que pasemos más o menos tiempo parados esperando a que el coche recupere la autonomía que ha perdido durante los kilómetros anteriores. En este punto, las cosas como son: la competencia ofrece algo mejor que lo que ofrece BYD.
Ahora bien, también es verdad que la ‘Blade Battery’ de BYD es la batería más segura del mundo y, además, ha demostrado una clara superioridad en términos de vida útil. No solo porque usa celdas LFP, que son más resistentes a la degradación que las celdas NCM que usan muchos rivales de BYD. También porque el sistema de gestión energética que usa el fabricante asiático, y que por cierto es de desarrollo propio, es mucho más avanzado que el de sus rivales. Por eso sus coches cumplen la autonomía que prometen, por ejemplo. Lo que sí hay que tener claro es cuáles son nuestras prioridades y que, aunque en otros aspectos los eléctricos de BYD van años por delante de los de sus rivales, está claro que en lo relativo al sistema de carga rápida no son los mejores.