SAAB (Svenska Aeroplan Aktiebolaget), fue fundada en el año 1937 en Suecia, y comenzó como una empresa aeronáutica. En el año 1945 incursionó en la fabricación de automóviles. Su primer coche, el SAAB 92, se lanzó en 1949, destacándose por su diseño aerodinámico. SAAB se hizo conocida por su enfoque en la seguridad y la innovación tecnológica, introduciendo características avanzadas como la tracción delantera y el uso extensivo del túnel de viento para el diseño de carrocerías.
Auge y alianzas de SAAB
Durante las décadas de 1970 y 1980, SAAB se consolidó como una marca de nicho con una leal base de seguidores, gracias a modelos icónicos como el SAAB 99 y el SAAB 900. En 1989, General Motors (GM) adquirió el 50% de SAAB Automobile y en 2000 compró el resto, esperando revitalizar la marca y expandir su presencia en el mercado global. El problema es que SAAB tuvo que luchar con problemas financieros y con algunos problemas de identidad a pesar de la inversión de General Motors.
GM trató de integrar a SAAB en su línea de productos y falló con el lanzamiento de modelos que no captaron la esencia y la identidad de la marca. Tampoco tuvieron demasiado margen de maniobra porque GM tenía sus propios apuros financieros, que se acentuaron con la crisis financiera de 2008. Fue entonces cuando General Motors tuvo que tomar la decisión de deshacerse de SAAB.
Intento de rescate y desaparición de SAAB
El primer intento de devolver a SAAB a la vida fue en el año 2010, cuando la compañía holandesa Spyke Cars compró SAAB. Pero nuevamente experimentaron un problema financiero y, ante la falta de fondos, y de dificultades para lograr nuevas inversiones, en poco tiempo la marca se acabó declarando en bancarrota. Fue en diciembre del año 2011 cuando se llegó a esta situación. Y de nuevo, poco tiempo después, en el año 2012, la empresa china-sueca National Electric Vehicle Sweden, más conocida como NEVS, adquirió los activos de SAAB.
Las intenciones de NEVS eran producir coches eléctricos bajo la marca SAAB. Y, de hecho, en el año 2013 llegaron a reiniciar la producción. Pero una vez más los problemas financieros persistieron, y en el año 2014 NEVS perdió los derechos para usar la marca SAAB. A día de hoy NEVS sigue trabajando en vehículos eléctricos, pero sin la marca SAAB.
El último coche que fabrió SAAB fue bajo la gestión de NEVS, en el año 2013, y fue el SAAB 9-3. Se centraron especialmente en la configuración Aero Sedan, pero la producción fue limitada y, como te comentaba anteriormente, tuvieron que cesar su producción rápidamente por los grandes desafíos financieros a los que se enfrentaron. Fue tan breve que, de hecho, se considera que el SAAB 9-5 de segunda generación fue lo último que hizo la marca, entre los años 2010 y 2011, poco tiempo antes de declararse en bancarrota. Este modelo fue un intento de revitalizar su línea de productos con un diseño moderno y con una avanzada tecnología, pero no fue suficiente para salvarse.