Los coches eléctricos, igual que los térmicos, cuentan todos ellos con un sistema de climatización del habitáculo. Sin embargo, la particularidad de este tipo de vehículos es que además de usarlo para adecuar la temperatura del habitáculo, también lo utilizan para la climatización de la batería. ¿Por qué? Porque la batería no alcanza el mismo nivel de eficiencia a cualquier temperatura, y este sistema de climatización puede precalentar la batería para que funcione de forma adecuada. La mejor tecnología es la bomba de calor, y ahora tenemos datos concretos sobre en qué medida afecta a la autonomía de los vehículos eléctricos.
Uno de los retos a los que se ha enfrentado la industria, en el desarrollo del coche eléctrico, es la eficiencia para climatizar el habitáculo de este tipo de vehículos sin consumir en exceso la energía eléctrica de la batería. En los primeros coches eléctricos, y en los más sencillos entre los actuales, se recurre a un sistema de resistencias que es poco eficiente y consume mucha energía. Por eso, cuando se requiere del uso del climatizador, este tipo de vehículos pierden autonomía de una forma drástica. Una bomba de calor es un sistema que mueve el calor de un lugar a otro y usa un refrigerante para absorber y liberar calor a medida que se mueve por la bomba.

La climatización de los coches eléctricos es radicalmente distinta a la de los vehículos térmicos, y la bomba de calor es una pieza crítica
En los vehículos térmicos convencionales se ha estado usando el propio sistema de combustión del motor, y el calor que este genera, para enviarlo al habitáculo. En los coches eléctricos, la bomba de calor se sirve de la propia energía eléctrica de la batería. Y efectivamente se ha podido comprobar que los vehículos eléctricos que usan bomba de calor, frente a los que usan un sistema de resistencia eléctrica, son capaces de ofrecer una mayor eficiencia y por consiguiente también una mejor autonomía incluso cuando se producen oscilaciones térmicas exteriores importantes.
El dato concreto de la diferencia de eficiencia entre un sistema y otro lo da la Agencia Internacional de la Energía, que estima que las bombas de calor consumen entre un 30% y un 50% menos para la climatización de la cabina que los sistemas de resistencia eléctrica para este tipo de vehículos. Ahora bien, es verdad que no todo son ventajas en esta tecnología, porque las bombas de calor pueden ser hasta un 50% más caras que los sistemas de climatización tradicionales. Además, también es verdad que es una tecnología menos efectiva en temperaturas extremadamente bajas, por debajo de los 0 ºC.

Igualmente, se ha demostrado que las bombas de calor en coches eléctricos tampoco son efectivas en temperaturas extremadamente altas, consideradas por encima de los 40 ºC. Y hay que destacar también que se trata de una tecnología más compleja que requiere de conocimientos especializados, y herramientas especializadas, para el mantenimiento y las reparaciones. Y esto, evidentemente, también hace que su mantenimiento y reparación sea más caro que con sistemas tradicionales de climatización. También es bastante frecuente que si el sistema de bomba de calor falla, directamente se tenga que sustituir por completo.
A día de hoy, la mayor parte de los fabricantes de coches eléctricos están optando en los vehículos de nueva generación por el uso de sistemas de bomba de calor para la climatización del habitáculo, pre climatización de la batería y la climatización de la misma batería durante la conducción. Ayudándose en este último caso también de la recirculación del aire exterior con sistemas puramente aerodinámicos. Porque, efectivamente, aunque la bomba de calor tiene algunas desventajas, es un sistema mucho más recomendable que el uso de resistencias eléctricas.

