La autonomía es uno de los puntos de queja en torno a los coches eléctricos, y la potencia de carga es otro. El primero está prácticamente resuelto en cualquier coche moderno, y poco a poco va consiguiéndose que haya más cargadores disponibles y más potentes que requieran de menos tiempo de espera. Sin embargo, la diversión al volante sigue siendo una de las mayores carencias de buena parte de los eléctricos. Y GM quiere resolverlo llevándose a este tipo de vehículos un sistema de embrague, por supuesto, con su tercer pedal.
En realidad, GM no es la única que ha pensado en esto, sino que hay otros fabricantes como Toyota o Hyundai que ya han pensado en sistemas de transmisión parecidos a los de un coche térmico para sus nuevos coches eléctricos. De hecho, con el Hyundai IONIQ 5 N, la marca coreana ya ha conseguido un nivel de sensaciones muy cercanas a las de un térmico deportivo. Incluso mejores, probablemente, porque ya sabemos que en un eléctrico puro la entrega de par es instantánea y, con ello, la respuesta a la aceleración es mucho más inmediata. El caso es que General Motors tiene una interesante patente respecto a esto de las transmisiones, y los embragues, para los coches eléctricos.
Un pedal de embrague en los coches eléctricos para convencer a los que aman el vehículo térmico
Todo esto viene de que General Motors ha presentado una patente en la que describe un pedal de embrague que se utilizaría en coches eléctricos con transmisión. Y sí, vale, cualquier coche tiene un sistema de transmisión, pero nos referimos a un sistema de transmisión más parecido al de los vehículos manuales con motor térmico. Y como te decía antes, Toyota (Lexus) y Hyundai ya tienen registradas patentes similares al respecto.
En la descripción de la patente se puede ver que la compañía americana contempla un actuador hidráulico para llevar a cabo las operaciones de un embrague en sistemas de transmisión automática para vehículos eléctricos. Esta tecnología cuenta con un controlador que se encarga de variar la presión del fluido en el actuador, de modo que se pueda mover un pistón que es el que en última instancia abre o cierra el embrague según lo que determine el controlador para cada escenario previsto a través de software.
En definitiva, se trata de un sistema más simple que el que tenemos en las transmisiones automáticas convencionales, las de coches con motor térmico. Y esto es porque en un motor eléctrico no es necesario hacer tantos cambios de marcha. Al menos así es como la propia General Motors lo indica en la propia solicitud de patente que, como te digo, se presentó a principios de este mes. Además, contemplan que su tecnología evite las inestabilidades del motor térmico que sí que provocan otros sistemas de accionamiento del embrague.
igual que ocurre con las tecnologías previstas por Hyundai y por Toyota, el hecho de que se solicite una patente, y de que se llegue incluso a obtener, no quiere decir que necesariamente vayamos a ver algo así en un vehículo eléctrico de producción. Y lo que sí está del todo claro es que este tipo de transmisiones para coches eléctricos no se prevén para todos los modelos, ni mucho menos, sino para algunos muy concretos. Entre otras cosas, incluir una tecnología así supone incrementar los costes de producción y también el precio final del vehículo, cosa que con los coches eléctricos significa sumar otra piedra más a su mochila.