Durante el año pasado hice varios viajes en coche eléctrico. Una buena parte de ellos, entre Madrid y Alicante, pero también fui de Madrid a Granada, por ejemplo. El caso es que tuve varias experiencias que si bien es cierto que no fueron dramáticas, ni muchísimo menos –salvo una de ellas-, fueron muy mejorables. Y desde luego que fueron el motivo por el que yo mismo me he comprado dos coches en los últimos seis meses, y ninguno de ellos es eléctrico.
El peor viaje que hice el año pasado fue uno entre Alicante y Madrid. Con un coche eléctrico que tiene una autonomía de 420 km según el ciclo de homologación WLTP –lo tienes aquí-. El trayecto que tenía que hacer era de 462 kilómetros, exactamente, de modo que en teoría me habría bastado con una parada intermedia. El problema, y lo que muchos no saben, es que hay una enorme diferencia entre la autonomía que declaran los vehículos eléctricos en WLTP y la autonomía real. Ya te hablé hace algunas semanas de que no puedes fiarte de la homologación. Pero vamos, que ahora mismo voy a profundizar sobre esto para que lo entiendas mejor.
Una autonomía mucho, pero que mucho menor a la que dice WLTP
A pesar de esos 420 km de autonomía homologada en ciclo WLTP, tuve que parar a unos 200 kilómetros porque el coche empezaba a pedirlo. Bueno, y porque a esa distancia había un Supercharger que ya conozco y que sé que es de fiar. Y además está ubicado en una buena estación de servicio en la que sé que se come bien, y barato, y que hay baños limpios. El caso es que tuve que parar, más o menos, a medio camino. Y cargué la batería hasta el cien por cien durante el tiempo en el que estuvimos haciendo una ‘merienda – cena’.
Piensa que, si hice sólo unos 200 km, y el coche tiene 420 km de autonomía, debería haber llegado de sobra al destino sin tener que parar a cargar. Bueno, pues no, porque a medida que estaba llegando a Madrid me saltó la alerta de nivel bajo de batería, con unos 25 km restantes, más o menos. Y localicé un cargador a apenas 2 kilómetros, pero resulta que estaba en un restaurante, en un recinto privado, y cerrado. Vamos, que tuve que buscar otro porque no podía entrar allí.
El siguiente que busqué era un cargador de Tesla, que también estaba en un hotel. Cuando el coche marcaba aún unos… no sé, quizá 20 ó 15 km de autonomía restante, sin motivo aparente y sin avisos de ningún tipo, para mi sorpresa, sencillamente dejó de funcionar. Afortunadamente iba a unos 100 km/h y estaba muy cerca del desvío. Es decir, que pude desincorporarme de la autopista, aunque por poco, y me quedé tirado en medio de la siguiente rotonda sin poder hacer absolutamente nada. El coche estaba encendido y la calefacción funcionaba –que menos mal que fue así-, pero no se podía mover en absoluto.
Tuvimos que llamar a la grúa, a través de la aseguradora, y también por fortuna llegó en pocos minutos. Con algunas dificultades, por un problema de los coches eléctricos, montamos el coche y lo acercaron al cargador de Tesla, que estaba a apenas 600 metros de donde se quedó el coche totalmente inmovilizado. El problema es que yo creía que todos los cargadores de Tesla estaban abiertos a vehículos eléctricos de otros fabricantes, y resulta que ese en concreto es solo para coches de Tesla. Así que buscamos en la app de Electromaps –que es la que suelo utilizar yo- y había otro cargador a menos de 1 kilómetro de distancia. En este, menos mal, sí pudimos cargarlo para continuar –y terminar- el viaje.
Es difícil predecir cuál es la autonomía real que te va a dar tu coche eléctrico a cada momento
Esto es algo que depende mucho del fabricante y de cómo de bien trabajado esté su software. Este modelo en el que yo hice el viaje, y que declara 420 km WLTP, según ev-database te puede dar desde sólo 235 km de autonomía cuando circulas por autopista y con clima frío, hasta 490 kilómetros como máximo en circulación urbana y con clima templado. Como ves, según las circunstancias puedes tener la mitad de autonomía o incluso menos de la que a priori te puede ofrecer el vehículo.
Y a eso súmale que la autonomía depende también de la carga que lleve el vehículo. Que vayan dentro más o menos ocupantes, o que lleves el maletero más o menos lleno de cosas. Y claro, que todo esto sea más o menos pesado. Y según mi propia experiencia, el software no calcula realmente bien la autonomía restante en la inmensa mayoría de los coches eléctricos, y ofrece datos más bien imprecisos y optimistas. Esto, evidentemente, es un problema que tienen que resolver las marcas dedicando más recursos a los sistemas de software de sus coches eléctricos.
Fuera de esto, la infraestructura sigue siendo poco fiable. Me refiero a que, por mi experiencia, los cargadores suelen funcionar bien, o más o menos bien, pero es bastante frecuente encontrarte averías, problemas con las pasarelas de pago, rendimientos de carga más bajos de los esperados o, sencillamente, que cargadores que se supone que están disponibles para cualquiera están en recintos privados y cerrados. Aquí no es problema el vehículo, sino más bien las operadoras y las administraciones competentes. Pero es el mayor lastre a día de hoy para los coches eléctricos.
Yo mismo no me he comprado un coche eléctrico, pero sí que lo recomendaría
Como te decía al principio, en el último medio año me he comprado dos coches y sí, es verdad, estuve a punto de comprar el ë-C3 de Citroën, pero al final me compré un mild hybrid. Y el otro coche es en realidad una furgoneta de gran volumen para camperizar, así que en ese caso ni siquiera me planteé que fuera eléctrica.
Mi problema, como ya te conté, es que ese ‘segundo coche’ iba a viajar en ocasiones entre Alicante y Madrid, y no existe nada a precio razonable que me permita hacer ese viaje con la misma tranquilidad –y agilidad- que un gasolina. Además, no tengo toma de carga en casa, ni la voy a tener, porque vivimos de alquiler en un piso que ya veremos cuánto tiempo mantendremos. Y antes de cada viaje me tendría que pasar por el Mercadona, o por mi gimnasio, o por un cargador cercano, para salir al cien por cien de batería. Cosa que, qué quieres que te diga, es un coñazo por el que no voy a pasar.
Y sin embargo, sí que recomendaría la compra de un coche eléctrico. Pero es que creo que tienen que darse ciertas condiciones muy concretas y particulares. Es decir, creo que a día de hoy el coche eléctrico sigue sin ser una solución para todos, pero sí la mejor solución para algunos. Y verdaderamente confío en que, poco a poco, todos iremos pasándonos al coche eléctrico. Pero estamos aún algo lejos de ese momento. Lamentablemente es algo que muchos no entienden. Y cada vez que publico algo de este estilo tengo a muchos en Facebook, en Twitter y en YouTube, marcándome como ‘fanático de los gasolina’ o como ‘fanático de los eléctricos’. Me tachan de todo, pero es que hay gente con la mente bastante cerrada.