Un informe de BCG ha sacado a la luz que las marcas del sector del automóvil están perdiendo 5.600 euros por cada coche eléctrico que venden, de media. Sabemos de sobra que hay fabricantes concretos como Tesla o BYD que tienen un amplio margen de beneficio por unidad vendida, pero la situación del sector de forma general no es en absoluto buena. Andrew Loh, socio de Boston Consulting Group, alerta al respecto de que ‘algo va a tener que cambiar’ si los fabricantes no son capaces de ganar dinero con esta nueva generación de coches eléctricos.

El estudio en cuestión no solo destapa las enormes pérdidas de los fabricantes, al enfrentarse a los nuevos vehículos totalmente eléctricos, sino también otros problemas y retos que se están planteando. Por ejemplo, desvelan que los clientes sí estarían dispuestos a pasarse al coche eléctrico pero si este tipo de vehículos fueran capaces de cargarse en menos de 20 minutos y además ofrecer una autonomía real de 560 kilómetros o más. Estas no son las únicas condiciones que piden los encuestados estadounidenses, sino también que los precios fueran inferiores a 46.000 euros, al cambio directo de divisa.

Los compradores quieren eléctricos mejores, y las marcas pierden 5.600€ por cada coche que venden

Los clientes también quieren, como condición para pasarse al coche eléctrico, tener un cargador rápido a menos de 30 minutos incluyendo el tiempo de espera para acceder a la carga. Y algunas de todas estas condiciones ya se están cumpliendo, o empezando a cumplir, pero hay algunas otras para las que faltan varios años. Y ahí es precisamente donde se han encontrado con otro problema los fabricantes, y es que las expectativas no se han cumplido y las previsiones tampoco.

En el año 2019 los fabricantes creían que en 2024 se alcanzaría la paridad de ventas entre los modelos con motor de combustión y los eléctricos puros y, sin embargo, no se ha logrado. Las marcas de coches tenían pronosticado un crecimiento del 70% para el año 2023 y, en realidad, para ese año ni siquiera se llegó al 50%. De hecho, el año 2024 ha arrancado con cifras algo preocupantes; según S&P Global Mobility, las matriculaciones de eléctricos puros sólo crecieron un 15% en enero de este año.

Uno de los grandes problemas con que se han encontrado la mayoría de los fabricantes ha sido la transición tecnológica e industrial. Tesla, por ejemplo, arrancó como marca eléctrica pura y diseñando además un proceso de fabricación mucho menos costoso que el de sus competidores. Las marcas tradicionales, sin embargo, tuvieron que transformar algunas de sus plataformas, paralizar inversiones en desarrollo de motores térmicos y virar su negocio de una forma menos natural. Han tardado mucho tiempo en corregir sus procesos de producción, controlar costes y disponer, entre otras cosas, de nuevas plataformas específicas para coches eléctricos.

Ya hay algunos fabricantes que han ralentizado su estrategia hacia la electrificación completa y han aumentado su apuesta por los híbridos enchufables, o los híbridos enchufables, vista la demanda de eléctricos puros y con la intención de mejorar su volumen de ventas y su rentabilidad.