Las baterías de estado sólido son la mayor promesa del coche eléctrico para los próximos años, y lo cierto es que su desarrollo está ya bastante avanzado. Tanto es así que el primer coche eléctrico con esta tecnología llegará en 2028, bastante antes de lo que pensábamos que ocurriría. Pero es que un equipo de investigación acaba de presentar un importante avance en torno a las baterías de estado sólido que eleva su rendimiento de forma significativa. No han llegado aún y ya hay quienes preparan una tecnología que las hará todavía mejores de lo que estaba previsto. Y esto, sin duda, cambia notablemente el futuro del coche eléctrico para los próximos años.
El estudio es cosa de un equipo de investigación de la Universidad Técnica de Munich, desde donde afirman haber encontrado una clase de materiales electrolíticos con conductividad mejorada. Y esto, en definitiva, en lo que se traduce es en que las baterías de estado sólido puedan tener un mayor rendimiento del que hasta ahora estaba previsto. El material que han desarrollado para el electrolito sólido de este tipo de baterías de nueva generación es un polvo cristalino capaz de conducir los iones de litio mejor que los electrolitos desarrollados hasta la fecha. Según describen en su documentación, este polvo cristalino no contiene azufre y está configurado con fósforo, aluminio y litio. Lo que no revelan los científicos es en qué proporción se utiliza cada uno de estos materiales, pero sí muestran que según las mediciones de laboratorio se logra una conductividad muy superior a la que alcanzaban hasta ahora otro tipo de composiciones químicas para el electrolito de las baterías de estado sólido.
Otro salto de rendimiento para las baterías de estado sólido, que transformarán el coche eléctrico en los próximos años
El equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich parece haber dado con la clave para acelerar, y de una forma muy destacable, la producción de compuestos químicos potencialmente válidos para el electrolito sólido de las baterías de estado sólido. En torno a una docena de nuevos compuestos ya se han producido y probado, y todos ellos relacionados con una misma base técnica. Se han probado cosas como sustituir el aluminio y probar con diferentes proporciones de silicio y estaño en su lugar, por ejemplo. Este rápido desarrollo está permitiendo que se optimicen las propiedades de la composición química de candidatos a nuevo electrolito para las baterías de estado sólido.
Pero dentro de todas las pruebas que han llevado a cabo, y que detallan hasta cierto punto, este nuevo polvo sintetizado es el candidato más prometedor como compuesto para el electrolito. Los investigadores de Munich aseguran que es la mejor combinación a la que han llegado hasta ahora para las futuras baterías de estado sólido. Las baterías convencionales utilizan un electrolito líquido a través del cual los iones de litio migran del ánodo al cátodo y viceversa. Las baterías de electrolito sólido, sin embargo, no tienen líquido y hacen este mismo viaje a través de una sustancia sólida.
El mayor problema con el que se ha encontrado hasta ahora el desarrollo de las baterías de estado sólido está en que este tipo de materiales sólidos solo permiten una lenta difusión de los iones de litio. La movilidad limitada de los iones de litio entre el cátodo y el ánodo es el mayor reto al que se enfrenta la industria. Sin embargo, desarrollos como el que nos ocupa están tratando de mejorar la movilidad para que la estabilidad, y sobre todo el rendimiento de las baterías de estado sólido, esté notablemente por encima de lo que pueden ofrecer las baterías convencionales basadas en un electrolito líquido.
Cualquier batería de estado sólido, por definición, elimina directamente la mayor parte de los problemas de seguridad que tienen las baterías de electrolito líquido convencionales. Ya solo esto es un importante avance para la industria del coche eléctrico. Pero es que, además, estas baterías de estado sólido pueden conseguir una densidad energética gravimétrica y volumétrica muy superior al que alcanzan las baterías de litio actuales, basadas en electrolitos líquidos. Por otro lado está de sobra demostrado que también logran potencias de carga mucho más altas sin riesgo para su estabilidad y sin degradación acelerada. Así que un paso hacia adelante como este, en el campo científico, es una de las cosas más prometedoras que le podrían ocurrir al coche eléctrico de los próximos años.