Arabia Saudí es el mayor productor mundial de petróleo, y parece que están empezando a darse cuenta de que China, Estados Unidos y Europa van a ir convirtiéndose en un cliente cada vez más pequeño, a medida que el coche eléctrico avanza. La economía de Arabia Saudí se basa principalmente en la exportación de petróleo y, aunque sorprenda, ahora aspiran a convertirse también en un centro clave para fabricar baerías para coches eléctricos. Las autoridades sauditas, evidentemente, están buscando cómo diversificar su economía y desarrollar la industria automotriz nacional.
Autoblog recoge las declaraciones que ha hecho Khaliz Al-Falih, ministro de Inversiones en Arabia Saudí, a través de Bloomberg en televisión. El ministro ha señalado que Arabia Saudí está considerando invertir en la producción de baterías para coches eléctricos y en la fabricación de vehículos impulsados por hidrógeno. Es uno de sus pasos previstos en sus planes para construir un nexo para la fabricación de coches en Medio Oriente. En el Foro de la Nueva Economía Bloomberg, en Singapur, Falih ha señalado que ‘lo próximo es la cadena de suministro’. Las autoridades sauditas esperan que las baterías para coches eléctricos se conviertan en una oportunidad clave en la construcción de una cadena de suministro.
Arabia Saudí, el mayor productor mundial de petróleo, ahora se ha interesado por ser una pieza clave en la industria del coche eléctrico
En realidad, Arabia Saudí lleva varios años queriendo alejarse de los hidrocarburos o, más bien, pretendiendo diversificar su economía y reducir su absoluta dependencia de la exportación de petróleo. La atención de las autoridades está cada vez más centrada en la fabricación, después de que se hayan hecho escasos avances en sus planes. De momento, siguen teniendo una gran dependencia del petróleo, que en un 90% se exporta a otros países de todo el mundo. Pero es que además también están muy centrados en derivados del petróleo como son los plásticos y petroquímicos de diversos tipos.
Ya están centrándose en las energías renovables y enfocándose hacia la extracción de materiales críticos como los minerales necesarios para el desarrollo de productos químicos para baterías de coches eléctricos. Tienen un ambicioso plan previsto y contemplan fabricar 500.000 coches eléctricos para el año 2030. Para los plazos es más que evidente que se están fijando en los tiempos marcados tanto por China como, sobre todo, por los Estados Unidos y Europa. Y es que sus principales clientes en torno al negocio de petróleo van a ir reduciendo sus carteras progresivamente, al mismo ritmo –o casi- al que avanza la adopción de los coches eléctricos.
De momento, Arabia Saudí ya ha llegado a un acuerdo con Pirelli, mientras buscan crear una red más amplia de proveedores en torno a su recién nacida industria automotriz, por el cual contarán con una planta de producción de neumáticos de más de 550 millones de dólares. Una planta de neumáticos que va a prestar servicios a Lucid Group, por ejemplo, y también a Hyundai, y que se está desarrollando en la costa oeste del país. Están luchando por atraer talento e inversión extranjeros, y ya han tomado medidas clave como limitar los negocios entre empresas internacionales y estatales para forzar su vinculación con sedes instaladas en el país antes del año 2024.
También están incentivando el establecimiento de sedes regionales de compañías extranjeras, para lo que se han emitido 180 licencias. Y las cosas están funcionando, no solo con empresas industriales sino también con algunos bancos, porque según han notificado están aumentando a una tasa de 10 empresas por semana que obtienen una de estas licencias. Y no deja de ser curioso todo esto, porque incluso el país que más petróleo produce en todo el mundo parece tener claro que los coches gasolina están condenados a morir, y cualquier tipo de vehículo térmico, en un futuro más cercano de lo previsto. Así que es momento de reducir la dependencia de esta industria y apuntar la economía hacia el coche eléctrico y las energías renovables.