Las baterías de estado sólido prometen ser el próximo gran salto de los coches eléctricos. Deberían servir para disponer de vehículos más baratos y que, al mismo tiempo, tengan una mayor autonomía, además de que permitirán cargas más rápidas. Vamos, que prometen traernos los coches eléctricos ‘de nueva generación’. Y ahora mismo China lidera la fabricación mundial de baterías para vehículos, pero Corea del Sur quiere llegar antes a esta revolución que está a punto de llegar. Para ello acaban de destinar una inversión de 15.000 millones de dólares hasta el año 2030.
Corea el Sur quiere convertirse en el primer país del mundo que logre comercializar celdas para baterías de estado sólido. El presidente Yoon Suk Seol se ha propuesto llevar al país a liderar el sector de las celdas de electrolito sólido y para ello, como comentábamos anteriormente, se ha fijado una inversión de 15.000 millones de dólares hasta el año 2030. Una inversión, por cierto, que se llevará a cabo de forma conjunta entre el sector público y privado. Y es que, en realidad, no es tanto cuestión de adelantar a China, sino más bien de recuperar la posición que Corea del Sur tuvo hace algún tiempo en el sector de las baterías.
Corea del Sur quiere liderar el futuro del coche eléctrico apostando por las baterías de estado sólido
Han sido varios los años que, por el impulso de la tecnología de consumo, principalmente los smartphones, la industria surcoreana ha sido líder en fabricación de baterías. Sin embargo, China ha cogido los mandos en el desarrollo del coche eléctrico y la situación ha cambiado. En contra de Europa, que se muestra más bien pasiva, Corea del Sur sí ha reaccionado a este crecimiento chino y va a ayudar a LG Energy Solution y Samsung SDI, entre otras compañías locales entre las cuales también está SK On. Que, por cierto, a día de hoy se mantienen entre las cinco mayores empresas de la industria.
La idea detrás de esta millonaria inversión es, en cierto modo, ponerse al día con las tecnologías actuales multiplicando por cuatro la capacidad de producción de materiales para cátodos. Esto se llevará a cabo durante los próximos cinco años, y al tiempo que se impulsa la producción nacional de baterías LFP desde el año 2025. En Europa esto también se ha hecho y, de hecho, esta semana hemos sabido que la primera fábrica de baterías LFP ya está en pie en el Viejo Continente, aunque todavía estamos a algunos años de que arranque su producción en una escala masiva.
Además de ponerse al día con las tecnologías de batería que usa el sector del automóvil eléctrico a día de hoy, Corea del Sur quiere adelantarse a la que a día de hoy se considera que es la tecnología del futuro para el coche eléctrico. Es decir, efectivamente, las baterías de estado sólido. Algo en lo que también Japón está depositando esfuerzos, sobre todo con la sólida apuesta de Toyota, que apunta a ser la primera marca del mundo en usar una batería de estado sólido. Ahora bien, Toyota quiere arrancar en apenas dos años con un coche híbrido, o un híbrido enchufable, y Corea del Sur apunta directamente a los coches eléctricos.
Curiosamente, CATL y BYD han dado poca información respecto a sus progresos con las celdas de electrolito sólido. El líder mundial del sector, CATL, se ha limitado a indicar que habrá que esperar hasta el año 2030 para arrancar la producción masiva de baterías de estado sólido, porque proponen una serie de complicaciones técnicas asociadas al desarrollo. Aunque prometen triplicar la potencia de carga, mejorar la seguridad y multiplicar la densidad energética, al menos de forma pública CATL no se ha mostrado especialmente interesada por acelerar el desarrollo de esta tecnología.