BMW es una de las muchas ‘marcas tradicionales’ que han estado años destacando por sus motores térmicos, pero en la firma bávara tienen claro su futuro totalmente eléctrico. Tanto, que ya han anunciado el fin de los motores gasolina fabricados en Alemania. Pero es que además están muy cerca de estrenar su sexta generación de celdas cilíndricas para las baterías de sus coches eléctricos, que se estrenarán de la mano de su innovadora plataforma ‘Neue Klasse’. Y en paralelo están ya preparando también, y están muy avanzados en este campo, el que será su salto más revolucionario en tecnología para vehículos eléctricos.
Estamos hablando de las baterías de estado sólido y, en concreto, de que BMW ya ha recibido su primer lote de celdas de su proveedor Solid Power. De momento se trata de un lote ‘prototipo’, y las intenciones de la firma bávara apuntan a disponer del primer prototipo de vehículo eléctrico funcional, con batería de estado sólido, para el año 2025. Es decir, que todavía estamos lejos de ver su primer eléctrico de producción masiva con batería de estado sólido, pero es que BMW se ha propuesto ganarle la carrera a Toyota, que es con diferencia quien más patentes tiene registradas en torno a la tecnología de baterías de estado sólido.
BMW quiere ganarle a Toyota la carrera por las baterías de estado sólido y ya han recibido su primer lote de Solid Power
La compañía bávara está levantando una línea de producción de prototipos de batería de estado sólido en Pardsorf, cerca de Múnich. Y lo más curioso es que, mientras que Toyota parece haberse rendido en la ‘actual generación’ de coches eléctricos, llegando incluso a recurrir a la tecnología de BYD para las celdas, paquetes completos de batería e incluso trenes motrices –ahí está el Toyota bZ3 como prueba de ello-, BMW mantiene dos líneas de desarrollo en paralelo. Tienen en camino, para su llegada inminente, las celdas cilíndricas de sexta generación; y además desarrollan en paralelo estas baterías de estado sólido.
Lo que está facilitando las cosas a BMW para llevar estos dos desarrollos clave en paralelo es que la tecnología de su proveedor Solid Power, en baterías con electrolito sólido, utiliza un cátodo NCM. Es decir, con la misma composición típica de las celdas actuales con electrolito líquido, con níquel, manganeso y cobalto. Y esto es lo que permite que no se tenga que cambiar por completo la línea de producción y que, a nivel industrial, el proceso de transformación sea mucho más sencillo. Eso sí, son celdas que se basan en un novedoso ánodo de silicio y, por supuesto, un electrolito sólido.
De momento, Solid Power tiene prevista una celda de electrolito sólido con 390 Wh/kg de densidad energética gravimétrica, aunque jugando con la composición química del ánodo de estas celdas se puede conseguir un rendimiento aún mejor. Si se opta por un ánodo de metal de litio, en lugar del ánodo de silicio del que hablábamos justo antes, Solid Power estima que se pueden alcanzar los 440 Wh/kg de densidad energética gravimétrica. Y esto, evidentemente, son prestaciones que superan con creces incluso a las mejores baterías que hay disponibles a día de hoy.
Todavía no está claro al cien por cien quién ganará la carrera de las baterías de estado sólido, y tampoco está claro del todo en qué medida afectará a las prestaciones de los coches eléctricos. Pero sí se sabe, y a la perfección, que son baterías con mucha más densidad energética que soportan una mayor potencia de carga y que, además, aumentan el nivel de seguridad incluso con respecto a las baterías LFP. Y todo esto con otro aspecto también realmente importante: su degradación es notablemente inferior a la que sufren las celdas NCM con electrolito líquido.