Uno de los muchos temas de debate en torno a los coches eléctricos es la durabilidad de las baterías de este tipo de vehículos. Algunos años atrás ya te hablé de cuántos kilómetros soporta una batería, pero a medida que van vendiéndose más y va pasando el tiempo vamos conociendo datos más precisos. Existe la falsa creencia de que la batería de los vehículos eléctricos dura menos años, o kilómetros, que un motor gasolina o diésel ‘de los de siempre’. Y se ha demostrado en multitud de ocasiones que no es así. Un reciente estudio vuelve a demostrarlo.
La mayoría creen, y no es cierto, que hay que cambiar la batería después de un cierto tiempo, o uso. Teniendo que enfrentar el alto coste que conllevan, que representa la mayor parte del precio de este tipo de vehículos. Una consultora alemana, especializada en movilidad eléctrica, ha hecho un estudio sobre 50 coches eléctricos de su propia flota inicialmente, para pasar a recoger datos de más de 7.000 vehículos más adelante.
Un análisis de más de 7.000 coches eléctricos y sus baterías
La consultora recogió datos de 50 vehículos eléctricos de su propia flota, con diferentes perfiles de uso y desgaste, y a continuación se sirvieron de Aviloo, una startup austriaca de diagnóstico de baterías, para recoger más datos y de una mayor cantidad de vehículos. En definitiva se hicieron análisis en más de 7.000 coches eléctricos, y llevando a cabo el que Aviloo denomina ‘Premium Test’. Un análisis mediante OBD en el que se carga la batería al 100% y, con el Aviloo Box conectado por OBD, se descarga hasta el 10%. Así se pueden medir y analizar multitud de parámetros y datos técnicos de la batería.
Algunos de los vehículos con más de 300.000 kilómetros recorridos, para tener mayor detalle sobre el envejecimiento de las baterías y, sobre todo, en relación con el kilometraje. En los resultados se puede apreciar que en los primeros 30.000 kilómetros la pérdida de capacidad es más acelerada; es decir, la degradación es más rápida. Esto significa que el estado de salud de la batería tarda relativamente poco en bajar del 100% al 95%. Sin embargo, la degradación real disminuye a medida que aumenta el kilometraje.
Estos datos muestran que el SoH promedio es de alrededor del 90% a los 100.000 kilómetros. Y a partir de este kilometraje la tendencia es casi horizontal. Entre los 200.000 y 300.000 kilómetros recorridos, encontraron que está por encima del 80%; de hecho, el dato es más cercano al 87% de media.
Los primeros kilómetros son los que más degradan la batería
La pérdida acelerada de SoH en la fase inicial se explica porque el ánodo de la celda de la batería, que es el polo negativo, durante los primeros ciclos de carga y descarga experimenta la formación de una capa denominada SEI –capa de interfase electrolítica sólida-. Esta capa está compuesta por depósitos de la reacción del electrolito. Y depende del vehículo y la composición química de la batería que la formación sea de una manera u otra, pero es algo que ocurre en todos los coches eléctricos en esas primeras fases de carga y descarga de las celdas.
Esto explica que la degradación inicial sea más acelerada que la degradación progresiva que ocurre con el uso posterior. Por otro lado, en las pruebas han encontrado que la capacidad real de la batería se mantiene durante más tiempo del previsto en condiciones reales. Incluso superando los 200.000 kilómetros de marcador han podido ver, en las pruebas de laboratorio sobre las celdas usadas, que la capacidad es superior a la prevista.
La cuestión es que hay casos de muchos coches eléctricos que tienen un buffer; es decir, una diferencia entre la capacidad bruta, y la neta, que se libera mediante software de forma progresiva. Es decir, que te pueden vender un coche eléctrico con una batería infrautilizada, con una determinada capacidad de almacenamiento energético que no está disponible para su uso y que, sin embargo, mediante software, se va liberando progresivamente para compensar el desgaste normal. Y según explican, esta liberación de buffer, en los vehículos que lo tienen así previsto, es mayor durante el período de garantía.
El estudio tiene una enorme cantidad de datos relevantes, pero a fin de cuentas vuelve a demostrar que las baterías de los coches eléctricos duran mucho más de lo que se esperaba. De hecho, por eso el reciclaje de las mismas ha pasado a un plano en absoluto protagonista. En los casos en los que el vehículo muere, por algún otro motivo, antes que la propia batería, la opción por la que están optando los fabricantes es reutilizar la batería en sistemas de almacenamiento doméstico.