Hay un problema con la tracción integral, y no es otro sino el consumo de combustible por la distribución de la fuerza del motor entre los dos ejes. Sin embargo, es algo que tiene solución, tan sencilla como la tracción ‘bajo demanda’, que se encarga de optimizar el gasto de combustible al tiempo que se cubren las necesidades en términos de adherencia y envío de potencia y par.
A grosso modo estamos ante la tracción quattro que Audi ha incorporado ‘siempre’ en sus coches, pero con nuevos sensores que se encargan de ampliar las capacidades del sistema para optimizar el consumo. Es decir, que se mantiene la tecnología que detecta una conducción que requiere las máximas prestaciones para activar el eje trasero contemplando el uso del acelerador y la inminente pérdida de tracción de las ruedas en el eje delantero, pero ahora se prometen ahorrar hasta 0,3 l/100km forzando, siempre que sea posible, la tracción delantera.
La tracción quattro se vuelve predictiva
El nuevo sistema de tracción quattro actúa en ‘colaboración’ con el control de tracción. De esta manera, si las condiciones del terreno lo permiten, se mantiene la tracción delantera sin actividad del eje posterior, que sólo se activa –y de manera gradual- cuando los nuevos sensores detectan una posible pérdida de tracción que requiera el apoyo de las dos ruedas posteriores, así como en los modos de conducción deportiva. Por eso, como explicábamos, en esta gestión de la tracción total se tiene en cuenta, especialmente, cómo el conductor utiliza el acelerador para reducir el consumo de combustible sin perder prestaciones.
Por el momento, el primer modelo que estrenará esta tecnología ultra aplicada sobre la tracción quattro del fabricante alemán será el Audi A4 Allroad, pero próximamente llegará a otros modelos.