Como ya sabemos, el precio de la batería de un coche eléctrico implica en torno al 50% del coste total del propio vehículo; es decir, que cualquier tipo de reducción del coste de la batería va a repercutir en gran medida sobre el precio de venta de un coche eléctrico. Y Tesla tiene la clave para rebajar un 50% el precio de las baterías para coches eléctricos. Tiene que ver con sus nuevas celdas 4680 fabricadas por Panasonic, que son las que poco a poco van a ir sustituyendo a las anteriores celdas 2170 por la gran cantidad de ventajas que ofrecen.
Las nuevas celdas 4680 de Tesla se llaman así porque tienen 46 mm de diámetro y 80 mm de altura, es decir, que son bastante más grandes que las 2170 que se han estado utilizando hasta ahora. Y es precisamente por este cambio de tamaño por lo que han conseguido que sus baterías para coches eléctricos pasen de tener 4.400 celdas a tan solo 830 celdas. Es decir, que es un diseño mucho más eficiente en el que, además, ya no se tienen que llevar a cabo 17.600 soladuras, sino tan solo 1.660 soldaduras. Y con todo esto, también se ha optimizado el diseño interno del paquete de batería modificando los componentes auxiliares y reduciendo el peso de la batería de una forma considerable.
Tesla tiene la clave para bajar un 50% los precios de las baterías para coches eléctricos con sus celdas 4680
Con estas modificaciones que comentábamos, la compañía presidida por Elon Musk ha conseguido que, por cada batería que sale de su fábrica, los costes se reduzcan entre 2.000 y 3.000 dólares. Evidentemente, considerando el volumen de baterías que maneja la compañía, una rebaja de hasta 3.000 dólares por cada unidad producida es una reducción de costes realmente impresionante. Pero es que según apuntan los expertos en la materia, la compañía americana tiene todavía margen hasta los 5.500 dólares de reducción de precio por cada batería producida. El único problema es que, por el momento, no pueden alcanzar el ritmo de fabricación que quieren mantener en sus fábricas.
Ahora mismo el punto clave está en escalar los nuevos procesos de producción que está introduciendo Tesla en sus plantas de producción. En el año 2019 compraron Maxwell Technologies con la intención de disponer de la tecnología de fabricación de electrodos en seco. Con este nuevo recubrimiento de los electrodos para las celdas de sus baterías, se puede reducir la mano de obra, la cantidad de energía y los recursos necesarios para la fabricación masiva. Así que se consigue un proceso más barato, pero que además requiere de menos tiempo.
Así que el problema para Tesla, que podría reducir aún más sus costes de fabricación de baterías, y con ello bajar los precios de sus coches eléctricos de forma considerable, está siendo su socio Maxwell Technologies. Sencillamente, porque no se están cumpliendo los objetivos de producir las nuevas celdas 4680 a gran escala y utilizando el proceso de electrodo en seco. Cuando se logre alcanzar este objetivo, que debería ocurrir durante principios del próximo año 2023, Tesla pasará de reducir el coste de sus baterías 3.000 dólares como máximo, a una reducción de hasta 5.500 dólares.
Para Tesla va a ser realmente importante alcanzar estos objetivos de producción, e introducir el nuevo proceso de producción por completo en su cadena, porque esto va a implicar reducir los costes de un Tesla Model Y en un 8%. Y esto, considerando la cantidad de competidores que están llegando, y sobre todo que están aterrizando en su mercado fabricantes chinos con márgenes de beneficio mucho más reducidos, será crítico para poder competir durante los próximos años.