Esto es algo muy personal, desde luego que sí. Pero en alguna ocasión me habrás leído sobre este tema, y es que siempre he estado muy en contra de los coches usados. Que cada cual ponga su dinero donde quiera, pero yo prefiero algo más sencillo, y nuevo, a comprarme un coche de gama superior de segunda mano. ¿Por qué? Pues por muchos motivos, pero uno de ellos es que no me fío en absoluto de cómo se ha llevado el mantenimiento, ni tampoco de cómo conduce la gente y desgasta los embragues, las transmisiones y el propio motor. Pero con los coches eléctricos pienso muy distinto.
Partamos sobre la base de que yo a día de hoy no me compraría un coche eléctrico. De hecho, a finales del año pasado me compré dos coches y, aunque estuve valorando muy seriamente que uno de ellos fuese el Citroën ë-C3, y de hecho llegué a reservarlo, finalmente cambié de decisión y me compré un FIAT Panda. Esto creo que era importante que lo supieras, para que entiendas un poco mejor cuál es mi forma de pensar.
Los usados gasolina no tienen nada que ver con los eléctricos de segunda mano
Aunque en los inicios de los coches eléctricos se creía que las baterías aguantarían poco, y que podrían dar menos kilómetros de vida útil que los motores de los coches gasolina o diésel, con el tiempo se ha ido demostrando que las baterías aguantan kilómetros a rabiar y, de hecho, la inmensa mayoría de las averías relacionadas con este componente crítico –y muy caro– suelen cubrirlas los fabricantes en garantía. Vamos, que las baterías no son un problema en absoluto.
Sí, la batería de un coche eléctrico de segunda mano, y su degradación, varía según el trato que le haya dado su propietario. Se degradan más cuanto más se haya abusado de la carga en corriente continua, y menos cuando la proporción de cargas ha sido superior en corriente alterna. Sin embargo, apenas se ven afectadas por el estilo de conducción. Y no existe una transmisión que se pueda averiar si el conductor es agresivo conduciendo, por ejemplo. Y todo esto sí es relevante en un coche de segunda mano que tiene motor térmico.
Los coches eléctricos tienen muchos menos componentes de desgaste. Y de ellos, tienen muchos menos componentes que se vean afectados de manera particular por la forma de conducir del propio conductor. Es decir, que es más probable que esté en buen estado ‘mecánico’, digamos, un eléctrico usado que un térmico de segunda mano. Y ese es el principal motivo por el que yo, que soy especialmente ‘temeroso’ con los vehículos de ocasión, sí que podría llegar a plantearme comprar un eléctrico de segunda mano y sin embargo no me compraría un coche térmico usado salvo que no me quedase otra opción.
Además, es un buen momento por la situación del mercado
A esto anterior que te he contado, que es válido en cualquier momento, hay que sumarle el hecho de que el coche eléctrico es algo ‘reciente’, y en auge, y a medida que se van popularizando los precios de los nuevos van bajando progresivamente. Sobre todo porque poco a poco están llegando nuevas opciones más baratas de segmentos de acceso, como el propio Citroën ë-C3 del que te hablaba justo antes. Y esta evolución del mercado es la que está llevando a que los coches eléctricos de ocasión estén bajando de precio de una forma casi constante y a un ritmo bastante agresivo.
La tendencia es que sigan bajando durante los próximos meses y algunos años. Y para quienes el precio de los coches nuevos les supone una importante barrera de acceso, mirar el mercado de segunda mano me parece una idea inmejorable. Eso sí, también te invito a que mires bien qué coche es el que te planteas comprar de segunda mano porque, aunque los eléctricos parezca que son ‘todos iguales’, no tienen absolutamente nada que ver entre ellos.
Igual que siempre ha habido marcas con mayor fiabilidad por sus motores gasolina, y diésel, hay fabricantes con baterías más longevas, y sistemas eléctricos en general que resisten mejor al paso del tiempo y al uso. Si me preguntas mi opinión, en caso de que valorase comprar un coche eléctrico de segunda mano solo miraría coches con batería LFP, porque sé que sufren de menos degradación, y además me ceñiría en mis búsquedas solo a eléctricos con refrigeración líquida para su batería. A poder ser, también, buscaría que sean coches con bomba de calor y no con un sistema de resistencias para la calefacción.
Ten en cuenta que un eléctrico usado habrá perdido algo de su autonomía original. Si cuenta con bomba de calor es más eficiente, y cuando haga frío no estaremos tan limitados. Igual tú piensas de otra forma.