El coche eléctrico se está desarrollando, desde el plano tecnológico, en diversos frentes. Se están mejorando las baterías cada día, se están introduciendo nuevos motores más eficientes, se está optimizando la arquitectura eléctrica, y así con un largo etcétera de tecnologías que están avanzando a un ritmo vertiginoso. Hay un campo específico del que llevamos tiempo sin hablar y, sin embargo, es el que acaba de permitir que un Toyota RAV4 logre casi 2.000 km de autonomía eléctrica en su configuración híbrida enchufable. Todo un hito, pero en el que merece la pena ahondar para conocer los detalles y así saber si este es el futuro que nos espera o no.
La tecnología que ha conseguido que un Toyota RAV4 Prime –el híbrido enchufable- haga cerca de 2.000 km de autonomía eléctrica es una carretera con carga inalámbrica. La empresa Electreon ha hecho una prueba con su tecnología de carga inductiva durante 100 horas de conducción en una pequeña pista en la que se han estado turnando nada menos que 55 conductores distintos. Han conseguido, como avanzábamos, una autonomía eléctrica de 1.942 kilómetros sin pararse a cargar la batería ni quemar combustible. Y esta cifra ha superado incluso las expectativas que tenía la empresa, porque tenían previsto alcanzar en torno a los 1.500 km. Pero ¿es tan buena noticia como parece, o hay algún truco detrás de este hito?
Así han logrado casi 2.000 km de autonomía eléctrica en un Toyota RAV4 Prime gracias a una carretera con carga inalámbrica
Electreon tiene su propia tecnología de carga inalámbrica para carreteras, está patentada y es bastante distinta a la que andan desarrollando otras empresas. La clave aquí es que la pista tiene 200 metros de recorrido y, sin embargo, solo un 25% de la misma tiene bobinas de carga por inducción. Es decir, que no todo el trazado está lleno de bobinas, sino tan solo una cuarta parte. Pero es llamativo, porque con esto es suficiente para que con una batería de tan solo 18 kWh de capacidad de almacenamiento energético se puedan alcanzar los casi 2.000 km de autonomía que han logrado recorrer a lo largo de nada menos que 100 horas de conducción.
La excelente noticia está justo ahí, en que un PHEV pueda hacer una distancia tan exagerada sin cargar, a pesar de que tiene una batería muy pequeña. Esto garantizaría que se puedan vender coches eléctricos mucho más baratos que los actuales, porque no requerirían de baterías tan grandes y costosas para ofrecer grandes cifras de autonomía. ¿El problema? Claro, sobre todo está en que esta cifra de autonomía se ha logrado a poco menos de 20 km/h, de modo que en una autopista las cifras serían muy distintas porque los coches eléctricos multiplican su consumo energético y las capacidades de la carga inductiva son, a día de hoy, muy limitadas.
Otra cuestión clave es que Electreon no habla nunca de los costes que implica desplegar su sistema de carga inductiva en una ciudad, por ejemplo. La idea detrás de esta tecnología no es que cualquier usuario de coche eléctrico la utilice, sino más bien que beneficie a los servicios de autobuses urbanos. Teniendo en cuenta que la velocidad de circulación tiene que ser reducida, al menos por el momento, para que la tecnología tenga un rendimiento adecuado, en este tipo de vehículos de servicio público de movilidad sí que podría tener bastante más sentido.
Las tecnologías de carga por inducción para coches eléctricos, y específicamente las carreteras con carga inalámbrica, siguen desarrollándose y apuntan a revolucionar la forma en que usamos los coches eléctricos pero no en un futuro muy cercano. Ya han conseguido que sea una tecnología realmente segura, pero el rendimiento sigue siendo insuficiente para que este sistema se implemente en las autopistas de una forma que realmente compense el gasto que implicaría.