El crecimiento del coche eléctrico está aumentando la adopción de soluciones fotovoltaicas domésticas. Cada vez más personas quieren tener paneles solares en casa, pero es que además es clave completar esta instalación con una batería doméstica. Este tipo de soluciones están avanzando rápidamente, y acaba de llegar la primera batería de titanato de litio para uso residencial. ¿Qué tiene esto de importante? Pues, entre otras cosas, que es capaz de superar los 16.000 ciclos de carga y descarga demostrando una extraordinaria vida útil, superior incluso a la de una batería LFP.
Las celdas LFP se habían posicionado como la mejor opción para las baterías residenciales porque son muy seguras y ofrecen una excelente vida útil por su gran resistencia a los ciclos de carga y descarga sin degradación. Pues bien, esta tecnología de KSTAR es todavía mejor, porque de los entre 4.000 y 12.000 ciclos que puede ofrecer una batería de tipo LFP, las nuevas baterías con esta química superan los 16.000 ciclos demostrando una longevidad muy superior. Y no solo eso, sino que la compañía detrás de esta innovadora tecnología, pionera en el mercado de las baterías residenciales, anuncia una vida útil de 25 años que facilita la ‘amortización’ de la inversión en sistemas energéticos para la vivienda.
La innovadora batería residencial que resiste más de 16.000 ciclos y deja en evidencia a las LFP, llega la primera batería de titanato de litio
La clave en esta vida útil de 25 años es que por fin la longevidad de las baterías residenciales se iguala a la de los paneles fotovoltaicos, y ofreciendo además una resistencia hasta -40 ºC. Según las especificaciones técnicas reveladas por el fabricante, no se sufre degradación significativa durante los 25 años de vida útil previstos y más de 16.000 ciclos de carga y descarga. Eso sí, también es verdad que la composición química de las celdas de esta innovadora batería se ven más afectadas –que las baterías LFP- frente a la variación de precios de materiales críticos para su fabricación.
Además de las ventajas anteriormente descritas, este tipo de baterías de titanato de litio, frente a las soluciones disponibles anteriormente, ofrecen una mayor capacidad de carga en cuanto a velocidad –por su rango de potencia-, un mayor nivel de seguridad en el que hasta ahora las baterías LFP eran el referente a seguir, y un mayor rango de funcionamiento a nivel térmico. Destacando especialmente en temperaturas bajas, en tanto que soportan hasta -40 ºC sin que su rendimiento se vea afectado de forma significativa.
Por supuesto, las baterías de titanato de litio tienen sus propias desventajas frente a las que cuentan con otra composición química para sus celdas. Uno de los puntos clave, en cuanto a sus debilidades, está en que ofrecen una menor densidad energética. Las baterías LFP alcanzan los 170 Wh/kg de media y las baterías NCM, a costa de una menor vida útil, pueden alcanzar los 260 Wh/kg. Estas nuevas baterías de titanato de litio se quedan en tan solo 80 Wh/kg, que es una diferencia realmente importante y condiciona el tamaño de los módulos instalados.
La primera batería de titanato de litio, presentado por KSTAR, y que ya está disponible, presenta unas dimensiones de 540 mm x 690 mm x 240 mm en un módulo de 102 kg de peso con una capacidad de almacenamiento energético de 5,4 kWh. Efectivamente, aquí se puede comprobar que su densidad energética es notablemente inferior. Soporta una profundidad de descarga del 90%, alcanza una potencia nominal de salida de 5 kW y con una eficiencia del 97,6% según las especificaciones técnicas oficiales del fabricante. Por supuesto, con componentes como el inversor o el BMS integrados ya en el módulo de almacenamiento energético para uso residencial, como ocurre con cualquier batería típica.