Los motores diésel han evolucionado una barbaridad a lo largo de los últimos años, y el aumento de su complejidad para reducir las emisiones contaminantes es lo que ha hecho que acaben siendo tan caros. Incluso a pesar de esto, sigue existiendo aún una importante demanda de vehículos con mecánica diésel, y las cifras de ventas más recientes lo demuestran. El problema no es que la gente no los quiera, sino que las marcas están teniendo que retirarlos del mercado.
En abril de 2024, que es del último mes que existen datos, se vendieron 595 unidades del Renault Clio diésel, que todavía se mantiene a la venta tras su último restyling. Y por detrás de él, con 552 matriculaciones, se quedó el Dacia Duster. Un modelo que siempre ha gozado de una excelente salud comercial en su versión diésel y que, sin embargo, se ha retirado con la introducción de una nueva generación del modelo. Dacia ha tenido que pegarse un tiro en el pie y, efectivamente, dejar de ofrecer a sus clientes una mecánica que se ha estado vendiendo realmente bien.
Cada vez hay menos opciones con motor diésel, pero claro que siguen teniendo demanda
El tercer coche más vendido, con motor diésel, fue el Audi Q3 con un volumen de 543 matriculaciones. Seguido por el Volkswagen Tiguan y sus 499 unidades matriculadas, y con el BMW X1 a continuación con 471 unidades. El siguiente fue el Audi Q2, del que se han vendido 429 unidades con motor diésel. El listado se completa con el Volkswagen T-Roc, el Mercedes GLA, el Citroën C3 y el BMW Serie 1, en este orden.
Los datos más recientes de Ideauto muestran una caída en picado para las ventas de coches diésel. Si en marzo del 2023 se registraban 13.840 unidades matriculadas, en marzo de 2024 fueron tan solo 8.586 unidades con un marcado descenso del 38%. Eso sí, hay que considerar también una caída del 5% del mercado en sí mismo, y añadir que los gasolina perdieron un 10% de mercado en la valoración interanual. Sabiendo esto, una caída del 38% es remarcable, pero el contexto explica una parte importante de la variación.
Y por supuesto hay que sumarle el hecho de que modelos que sí tienen demanda, como es el caso del Dacia Duster diésel, o del Citroën C3 diésel –entre otros-, se están dejando de vender con este tipo de motor. Es decir, que no es tanto un problema de demanda –que también-, sino que las marcas están condicionando a los compradores. Y si lo están haciendo las marcas es, evidentemente, porque la normativa europea es la que presiona para la retirada progresiva de todos los modelos que usan motores diésel.
Al mismo tiempo que estamos viendo cómo las ventas de los diésel caen, los que se están imponiendo como alternativa para este tipo de clientes son los gasolina convencionales y especialmente los mild hybrid con etiqueta ECO de la DGT. Que tienen poco que ver con lo que ofrecían los motores diésel, que era una combinación entre fiabilidad, bajo consumo y un mayor rendimiento por su curva de entrega de par. La cuestión es que los híbridos puros, o los híbridos enchufables, que son los que más similitudes podrían tener, suponen un gran sobrecoste con respecto a aquellos modelos diésel que están poco a poco desapareciendo de los concesionarios.