Explican por qué no usar gasolina barata, aseguran que te acaba saliendo más cara

De media, en las estaciones de servicio automáticas, que básicamente son las gasolineras low cost, el precio medio del litro de combustible es de unos 15 céntimos menos que en las gasolineras de las grandes operadoras. Y eso, si se extrapola al gasto a lo largo de un año, se traduce en un ahorro anual de unos 300 euros, aproximadamente. Ese es el motivo por los que muchas personas echan gasolina barata. Sin embargo, han explicado por qué no hay que hacerlo, y además aseguran que podemos ahorrar dinero en combustible, pero acaba saliendo más caro por otros motivos.

Un miembro del comité ejecutivo de la Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines ha explicado que se pierde potencia en los coches cuando se usa gasolina barata. A esto, la asociación de gasolineras automáticas ha respondido de manera tajante pidiendo datos científicos que demuestren tales afirmaciones. En realidad hay muchas personas de relevancia, y organismos, que sospechan que la gasolina barata es de menor calidad, como explica Rodríguez Robayna. El representante de la patronal de los talleres señala que los clientes notan los coches bajos de fuerza y con ruidos anómalos. Ahonda más en la cuestión y asegura que el rendimiento no es igual en los coches cuando se utilizan gasolinas ‘low cost’, y señala que podrían producirse problemas en el sistema de inyección de carburante, así como en los catalizadores de los motores diésel. Ahora bien, también ha hecho hincapié en que este tipo de problemas no se notan en el momento, pero sí que son averías que se dan a lo largo del tiempo. Y este es el motivo por el que se recomienda no usar gasolina barata en los coches, porque puede causar averías mecánicas que, como te puedes imaginar, son más caras de reparar que el ahorro anual medio que supone hacer uso de este tipo de combustibles del que no garantizan su calidad.

Recomiendan no usar gasolina barata: «Los coches pierden potencia y pueden averiarse los inyectores o el catalizador»

Pero AESAE también ha querido tomar parte en este interminable debate en torno a la gasolina ‘low cost’, y ha recordado que es un modelo de negocio que representa 2 de cada 10 estaciones de servicio, aproximadamente. Jiménez Perona, de la asociación, asegura que ‘un modelo de negocio no tiene ese porcentaje haciendo compras en el mercadillo’. Desde CETRAA reconocen que no se ha investigado ni se han hecho comprobaciones sobre las gasolineras ‘low cost’ y su carburante, además de que tampoco se ha mandado nadie a revisar los surtidores para comprobar que usen el octanaje y los aditivos adecuados.

A pesar de que no hay pruebas empíricas y objetivas que lo demuestren, desde CETRAA se empeñan en recomendar que no se utilice la gasolina barata de estas estaciones de servicio apostillando que ‘cuando hay algo barato, se duda’. Igualmente reconocen también, como ha señalado Rodríguez Robayna a la televisión autonómica andaluza, que ‘no se ha apreciado que los coches se estén rompiendo por eso, pero sí se sabe que tienen menos fuerza y sube su consumo‘.

Lo que sí es una realidad que nadie puede poner en duda es que en España el carburante se le compra a Exolum, que anteriormente fue la Compañía Logística de Hidrocarburos. Disponen de varios emplazamientos de suministro a las gasolineras por proximidad. Es una compañía que no depende de los operadores, sino que recibe el producto directamente de las refinerías. Es decir, que tanto las grandes operadoras como estas gasolineras ‘low cost’ reciben la misma gasolina y del mismo sitio, pero sí es cierto que las grandes operadoras usan aditivos de máxima calidad y gastan ingentes cantidades de dinero en investigación y desarrollo de su producto para mantenerlo al primer nivel.

Vale que la gasolina y el diésel son el mismo, porque provienen de la refinería y de Exolum en última instancia, pero el tratamiento de los combustibles es algo que depende de cada operador, y los grandes operadores se apoyan en señalar que usan mejores aditivos. La calidad base es la misma, pero los aditivos sí que pueden garantizar una mayor limpieza a largo plazo del sistema de inyección, por ejemplo, y un mejor rendimiento en general de las partes mecánicas.

En torno a esta polémica llevamos años con el debate sobre la mesa y una constante discusión entre las partes enfrentadas. Pero a día de hoy, efectivamente, no se han hecho las pruebas que se deberían hacer para que los consumidores tengan una respuesta clara y absolutamente objetiva. Es algo de vital importancia porque, efectivamente, en poder del consumidor esta información sería fundamental para poder decidir si ahorrar en la gasolinera o, en caso de que ese tipo de acusaciones fueran ciertas, optar por el combustible de un gran operador para asegurar la durabilidad del motor de su coche.