Ford es uno de los fabricantes que más está tratando de innovar con sus coches eléctricos, y en varias ocasiones han reconocido las buenas decisiones de Tesla. Fueron de los primeros en reaccionar a la tendencia de las baterías para abordar las celdas LFP en modelos más básicos y reservar las NMC para los más caros. Y ahora se ha podido saber que han desarrollado un invento con la intención de darle a sus coches eléctricos ‘autonomía infinita’. Aunque de forma discreta, la marca americana está trabajando a un ritmo acelerado para tratar de revolucionar el coche eléctrico durante los próximos años. Y este podría ser el camino.
Una patente de Ford revela que la compañía americana ya está pensando en las carreteras del futuro y no solo eso, sino también los coches eléctricos del futuro. De hecho, a juzgar por la información que tenemos al respecto, es evidente que en Ford consideran que ambos evolucionarán de la mano en los próximos años. La tecnología que han patentado consta de un sistema de bobinas de carga inalámbrica incrustadas en el propio pavimento de las autopistas, y otro tipo de carreteras, y que por supuesto estén conectadas a la red. ¿Para qué? Pues para algo tan sencillo como es cargar los coches eléctricos mientras circulan, de modo que efectivamente la autonomía deje de ser un problema y no haya que parar, usar un cable y perder tiempo. Pero es que hay bastantes más ventajas detrás de esta tecnología en desarrollo.
La innovadora tecnología de Ford para lograr ‘autonomía infinita’ en futuros coches eléctricos que, además, serán mucho más baratos
Anteriormente ya hemos visto tecnologías de carga inalámbrica planteadas para integrarse en la propia carretera, pero la innovadora solución de Ford tiene sus propias particularidades. Esta patente se publicó hace exactamente un mes, pero se registró a comienzos de año, y prevé que sus futuros coches eléctricos cuenten con un radar especial con capacidad para detectar las bobinas de carga inalámbrica. Esto serviría para que el sistema de energía integrado en el vehículo se pueda alinear adecuadamente y con la máxima precisión posible, para mejorar la eficiencia y garantizar el correcto funcionamiento.
La descripción detallada de la patente tecnológica explica que lo que Ford ha previsto es que este radar de penetración terrestre sirva como sistema de detección preciso para que el vehículo sepa en todo momento dónde están las bobinas de transmisión integradas en la carretera. De este modo se puede optimizar el acoplamiento de las bobinas de recepción que están instaladas en el vehículo, y el resultado no es otro que mejorar la tasa de carga de la batería del vehículo incluso cuando se conduce a altas velocidades. Para eso hace falta un radar de banda ultra ancha.
No solo es una cuestión de hardware, sino también de software, porque en la misma patente Ford prevé un sistema de detección, mapeo y previsión de la trayectoria del vehículo. El mayor problema en todo esto es que ya no es algo que dependa solo de Ford, y de lo que ellos quieran instalar en sus propios coches eléctricos, sino que depende de los organismos reguladores de cada país y de sus intenciones con respecto al desarrollo de las carreteras. Es decir, que llevar a cabo un despliegue de bobinas de carga inalámbrica es algo más complejo de lo que parece, sobre todo por la cantidad de partes que están involucradas y por el importante coste que esto podría implicar.
Pero la idea de Ford va en la línea, como decíamos, de la que ya han tenido otros tantos fabricantes. De hecho, hace relativamente poco tiempo Tesla compró una startup de carga inalámbrica para coches eléctricos. Y es que es de sobra sabido que esto reduciría los problemas actuales y futuros de la infraestructura de carga para coches eléctricos, y que además permitiría construir coches eléctricos mucho más baratos, eficientes y ecológicos, en tanto que podrían usar baterías notablemente más pequeñas. No hace falta tanta capacidad de almacenamiento energético si se puede estar cargando de forma constante y durante la conducción.