En la actualidad, las baterías de iones de litio son las más utilizadas no solo para coches eléctricos, sino también para otros dispositivos y tecnologías de consumo como teléfonos móviles, ordenadores portátiles y otros. Pero el litio es costoso de extraer, su manipulación conlleva ciertos riesgos y su reciclaje es complejo. La industria está constantemente buscando evoluciones –como las baterías LFP– y sustitutos al litio. Y el equipo de investigadores de Rosa Palacín, del ICMAB-CSIC, plantea las baterías de calcio como opción alternativa.
Según datos de la Unión Europea, el Viejo Continente necesitará en 2050 un 70% más de litio para poder satisfacer la demanda de baterías para coches eléctricos. Es decir, que ya está previsto que en el futuro existan ciertos problemas con este tipo de baterías. Por eso, el proyecto CARBAT ha trabajado en el calcio como alternativa al litio, en tanto que ‘es uno de los elementos más abundantes en la corteza terrestre’. Así que, aunque aumente de forma destacable la demanda de baterías para coches eléctricos, el desarrollo de baterías basadas en calcio podría evitar que se produzcan cuellos de botella en la industria, o que empiece a despuntar el precio de las baterías a causa de un desajuste en el mercado del litio. Por otro lado, además de que el calcio es 2.000 veces más común que el litio, ‘no se concentra en áreas geográficas específicas como el litio’ y es mucho más barato.
Las baterías de calcio bajarían los precios del coche eléctrico y mejorarían su autonomía
Según describen, el proyecto CARBAT contempla usar calcio como electrodo negativo en lugar de grafito, que es lo que se usa actualmente en las baterías de iones de litio. Con esto se conseguiría una densidad energética muy elevada si se emplea un metal como uno de los electrodos. Es por este motivo por el que con una batería de este tipo se podría conseguir una mejor autonomía en coches eléctricos. Según apuntan desde el equipo de investigación, el calcio metálico en el interior de las baterías permite que se aprovechen sus propiedades elementales, ‘dos electrones fluyen al exterior, en lugar de uno, como con el litio, cuando el calcio atraviesa el electrolito’.
Este proyecto tiene aún algunos ‘flecos’ que resolver por delante, pero es un proyecto prometedor no solo para los coches eléctricos, sino para todos aquellos dispositivos electrónicos que están utilizando en la actualidad baterías de iones de litio. Hay centenares de proyectos en torno a la química de las baterías que prometen mejorar la autonomía de los coches eléctricos, pero este tiene el foco puesto también en reducir los costes. Y este punto, sin duda, hace que sea especialmente interesante.
La mayoría de los proyectos de mejora química de las baterías para coches eléctricos se basan en materiales escasos, complicados de reciclar o que están disponibles solo en ciertas áreas geográficas. Sin embargo, este proyecto podría resolver, por las características que comentábamos antes del calcio, muchos de los problemas que provoca, y provocará en mayor medida, utilizar baterías basadas en el litio.