El nuevo Citroën ë-C3 es, para mí, el mejor coche eléctrico que se ha puesto a la venta este año si buscamos el precio más bajo posible y las mejores prestaciones. De hecho, he recomendado el modelo en multitud de ocasiones. Pero las primeras unidades deberían estar ya en manos de sus propietarios, de los primeros, y no está siendo así. El modelo ha sufrido un retraso que, por las circunstancias, plantea algunas dudas razonables. Stellantis ha dado explicaciones al respecto y se supone que es por problemas de software, pero ¿es realmente este su problema?
Las primeras entregas del Citroën ë-C3 debían ocurrir durante el segundo trimestre de 2024, de modo que tal y como te comentaba ya debería estar circulando el coche por las carreteras del nuestro y otros países de Europa. Sin embargo, en julio una publicación de Bloomberg destapaba que el modelo iba a sufrir un retraso en su lanzamiento comercial debido a problemas de software. Efectivamente, el retraso se ha cumplido y quienes han ido a los concesionarios de Stellantis lo saben bien. Quizá el mayor problema es que Stellantis no ha dado detalles en ningún momento respecto a qué problema concreto ha afectado a este lanzamiento tan importante.
¿Hay problemas de software, o se trata de un retraso deliberado por las emisiones?
Como te digo es una duda razonable, que el Citroën ë-C3 hubiera podido retrasarse de forma deliberada, porque como muestran los datos de Dataforce, entre el mes de enero y junio de este año 2024 los fabricantes van al límite de emisiones permitidas por la normativa. No todos los fabricantes, evidentemente, pero sí Volkswagen que supera lo permitido y justos por detrás Stellantis manteniéndose al filo de la navaja. La cuestión es que lo tienen relativamente fácil para ajustar sus ventas, favorecer los electrificados y llegar al objetivo de este año, pero es que para el próximo año 2025 las exigencias serán mayores.
Ahí es donde está el punto clave. El Citroën ë-C3 será su eléctrico de mayor demanda casi con absoluta seguridad, y un eléctrico puro supone cero emisiones de CO2, de modo que para esta gráfica es una venta crítica. Es cierto que ya han sido varios los fabricantes tradicionales que han experimentado problemas con varios lanzamientos en relación con el software. Es decir, que han sido varias las marcas que han tenido que retrasar la llegada de modelos porque por el camino se han encontrado con algunos problemas de software. Le pasó a Volkswagen con el ID.3 y, por ejemplo, le ocurrió también a Volvo con el EX90 y con el EX30.
¿Pueden ser problemas de software reales? Sí, por supuesto, aunque me resultaría francamente preocupante que un grupo automovilístico como Stellantis, ante un lanzamiento tan importante, no haya hecho los deberes antes del lanzamiento comercial del Citroën ë-C3. ¿Puede ser un retraso deliberado? Por poder, sí, por supuesto que puede ser, aunque no tenemos ni tendremos en ningún momento una confirmación oficial respecto a algo así. Lo que está claro es que ahora mismo todas las marcas tradicionales juegan con los plazos porque tienen que responder a la demanda del cliente europeo, y sin dejarse ganar por la competencia, pero al mismo tiempo tienen que ajustarse a la normativa europea que no deja demasiado margen de maniobra.
El Citroën ë-C3, por cierto, va a llegar poco tiempo antes de que lo haga el FIAT Grande Panda. Otro eléctrico, de tamaño muy parecido, que se basa en la misma plataforma y que además usa exactamente el mismo sistema eléctrico. En el momento en el que Stellantis quiera, o sea capaz de arreglar sus ‘problemas de software’, podremos comprar estos dos coches eléctricos en España. Y honestamente, creo que son dos de las mejores opciones que se pueden comprar para la gran mayoría de compradores.