Aunque tardé algún tiempo en hablar de ello, en el año 2021 compré una de las que se llaman ‘furgonetas medianas’ con la intención de hacer una camperización casera. En realidad, en un principio quería que la camperizase un profesional, pero me pedían 8.000 euros como mínimo, y no encajaba dentro de mis planes gastar tanto dinero en esto. El caso es que al final la campericé yo mismo con la ayuda de mi padre, comprando los materiales en Leroy Merlin en su mayoría, y aprovechando la herramienta que –afortunadamente- ya teníamos en casa por el trabajo de mi padre.
El plan inicial con la camper era una idea muy distinta a la que finalmente ejecutamos. En tu cabeza tienes un esquema perfecto de cómo hacerlo todo, pero al final las medidas reales de la furgoneta te condicionan mucho. Además de que por el camino vas viendo vídeos de YouTube de otros que ya lo han hecho y, claro, vas cambiando de idea sobre lo que finalmente vas a hacer. Por otro lado, es una camperización casera y nuestra precisión cortando madera no es la de un profesional, además de que tampoco nos podemos permitir trabajar con cualquier material. Más que nada, porque no tenemos los conocimientos que tiene un profesional ni sus herramientas de corte, por ejemplo.
Es imposible tenerlo todo planificado y que la camperización salga exactamente como tenías previsto, cuenta con ello
Eso es lo primero que aprendimos, que sobre el papel todo parece perfecto y a la hora de hacerlo, algo falla. Por ejemplo, tenía pensado usar kaiflex como aislante y finalmente no se usó. ¿Por qué? Porque iba a comernos espacio engrosando la chapa hacia el interior, porque nos iba a obligar a recubrir las paredes de madera y porque, al poner una calefacción estacionaria –esto sí lo hicimos en un camperizador profesional- sencillamente no hacía falta aislante térmico. Habrá a quien sí le sea necesario, pero es que nosotros tampoco íbamos a vivir dentro de la furgoneta, ni nada por el estilo, aunque hemos dormido varias veces ahí dentro.
Y en relación a esto mismo hay otro punto clave, y otro aprendizaje importante: la homologación de cualquier modificación que vayas a hacer va a condicionar el proyecto al completo. No todo se puede homologar, ni se puede hacer de cualquier manera, y el proceso de homologación es más complejo de lo que parece. De hecho, te recomendaría que antes de empezar a camperizar lleves tu proyecto a un laboratorio especializado y lo hagas de su mano. Consulta qué se puede hacer y cómo para no llevarte disgustos más adelante.
Cuanto más sencillo es mejor, pero no olvides qué es lo más importante para ti
Antes de ponernos a hacer la camperización teníamos pensado, por ejemplo, que el cofre inferior de la cama tuviese algún tipo de puerta lateral. Lo habíamos diseñado para tener puertas abatibles en la parte superior, en lo que sería la base de la cama, y la idea era que también tuviera puertas abatibles en los laterales. Sin embargo, por la falta de espacio, aunque esto pintaba de maravilla sobre el papel, iba a ser bastante tedioso en el uso normal.
Por otro lado, también llegué a proyectar una mesa giratoria con una sola pata que estuviese agarrada a la cama y que sirviera para trabajar sentado en la cama. Esta idea la fui posponiendo porque estas mesas son caras, y poco a poco me fui dando cuenta de que era una instalación fija totalmente prescindible. La mayor parte de las veces que trabajé en mi furgoneta camperizada fue sentado en la propia puerta, con el ordenador portátil sobre las rodillas. Y otras veces, con una silla de camping del Decathlon –de las ultraligeras-, directamente fuera de la furgoneta.
Y esto de lo que te estoy hablando lo que me enseñó es que cuanto más sencillo, mejor, no solo porque será mucho más barato, sino también porque cualquier instalación fija quita espacio y en una camper, por muy grande que sea, el espacio es limitado. Así que yo aprendí que hay muchas cosas de las que se puede prescindir o que, sencillamente, no requieren de una instalación fija. De hecho, para cocinar hemos usado una airfryer en algunas ocasiones y un fuego portátil de gas en otras ocasiones. Y con el tiempo hemos visto que, aunque ahora vamos a construir una camper más grande, tenemos muy claro que no queremos una cocina fija bajo ningún concepto.
Cada camper es un mundo y las necesidades de cada uno son radicalmente distintas
Sí, se puede comprar una camper ‘ya hecha’, de empresas que se dedican específicamente a ello. Y sí, en Internet hay decenas de proyectos de otros. Pero yo he aprendido, en este proceso, que una camper es algo muy personal y, en la medida de lo posible, lo ideal es hacerla a la medida de cada uno. Ya te conté hace algún tiempo que sale más barato hacerla ‘a medida’ que comprarla ya fabricada. Y aunque es un poco más de tiempo el que se necesita, no solo es más barato sino que se ajustará mucho mejor a tus necesidades.
Como te decía antes, nosotros estamos a punto de recibir una Renault Master Combi 9, una furgoneta L2H2 de las que ya se consideran ‘gran volumen’. Y en contra de lo que hace todo el mundo, por nuestras propias necesidades, la hemos comprado con 8 asientos homologados y nuestra idea es, entre otras cosas, instalarle una doble litera de matrimonio aunque con unas medidas algo más pequeñas de lo habitual. Además de esto necesitamos un salón-comedor, pero poco más. ¿Y sabes cuántos proyectos así puedes encontrar en Internet? No existe ninguno.