No lo decimos nosotros, lo dice el jefe de diseño de Nissan, Alfonso Albaisa, en una entrevista en exclusiva realizada a nuestros compañeros de Autocar y en la que habla de en qué fase se encuentra el futuro Nissan GT-R y, además, cuáles son las ideas que tienen sobre la mesa. Y lo tienen muy claro, pues esperan que sean el superdeportivo más rápido del mundo y al mismo tiempo, conservar la identidad visual única entre los modelos de este segmento.
De la entrevista nos quedamos sobre todo con la forma que tiene Albaisa al referirse al Nissan GT-R. No lo llama por el nombre sino que utiliza un montón de adjetivos en los que, de forma irónica, se refiere a Godzilla. Y lo mejor de todo es que cada uno define perfectamente un modelo que, por tradición, siempre ha cogido un camino diferente para hacer las cosas.
Soy un GT-R, soy un ladrillo, atrápame
Y atrápame si puedes, algo que ni sobre el papel va a ser sencillo porque estamos hablando del ladrillo más rápido del mundo. Esta forma de definir al GT-R viene derivado de su presencia masiva, extrema, musculoso. No es necesario dotarlo de decenas de alerones y bordes cortantes. Un GT-R tiene que ser una bestia, un animal gracias a su peso visual así como su imponente presencia. Estas formas deben permanecer en el futuro GT-R pero, al mismo tiempo, permitirle ser el deportivo más rápido de sus segmento en todos los términos.
El Nissan GT-R data ya de 2007, fecha en la que se empezó a comercializar en Japón aunque a Europa llegó un par de años después. Durante todo este periodo, ha ido recibiendo paulatinas mejoras que, ayudado por su particular estética, le ha permitido envejecer mucho mejor que otros deportivos similares y al mismo tiempo, mantener unas más que decentes prestaciones en carretera.
De cara al nuevo GT-R, Nissan se encuentra actualmente en la fase de desarrollo, definiendo cuál será el tren motriz que utilizará. Lo normal es que recurra a algún sistema de hibridación y por ello está cogiendo mucho peso que los japoneses recuperen su proyecto fallido del GT-R LMP1 que se desarrolló en 2016 para el campeonato del mundo de resistencia. Si no sabéis de qué estamos hablando, os recomendamos echar un ojo a este magnífico vídeo de Guille y PowerArt en el que nos cuenta todos sus secretos.
De ser cierto, estaríamos hablando de la utilización de un motor V6 biturbo de 3.0 litros híbrido (el actual monta un 3.8 litros), similar al que montaba el GT-R de resistencia. Esto sería suficiente para superar los actuales 562 cv del GT-R y que la potencia llegase a estar por encima de los 600 cv, todo ello transmitido a las cuatro ruedas. La pérdida de cilindrada (obligada en el coche de competición por reglamento) se supliría con creces gracias a la adopción de sistema híbrido.
Por último, a nivel estético podríamos ver algunos rasgos característicos del Nissan Vision 2020 que la marca japonesa diseño para el videojuego Gran Turismo. ¿Llegará, ,tal y como vaticinaban en el nombre, en 2020?