El estátor, en el motor de un coche eléctrico, es la pieza que contiene al rotor y se mantiene estática. Este componente forma parte del propio motor eléctrico de un vehículo y utiliza la corriente eléctrica para crear un campo magnético. El campo magnético que crea es seguido por el rotor, que está en el interior del estátor, cuando se magnetiza.
El funcionamiento del estátor del motor de un coche eléctrico es relativamente sencillo. Este componente se compone de bobinas de material conductor de la energía eléctrica. Cuando la corriente eléctrica atraviesa este material se genera un campo magnético rodante, que es el que determina el movimiento del rotor. Un dispositivo controlador es el que gestiona que la corriente eléctrica atraviesa las bobinas del estátor, de forma secuencial, para forzar el movimiento del rotor que persigue el norte magnético.
Qué es el estátor del motor de un coche eléctrico y cómo funciona
El estátor es siempre un componente estático, mientras que el rotor, que está en su interior, es un componente que sí que tiene movimiento físico. De hecho, el funcionamiento básico del motor eléctrico se basa en que el campo magnético del estátor produzca el movimiento del rotor. ¿De qué manera? Como comentábamos, haciendo que la corriente eléctrica pase por las bobinas de manera secuencial para provocar que el rotor vaya alineándose con una bobina y la siguiente, a medida que se va generando el campo magnético.
Por eso, aunque existen diferentes tipos de estátor, que se diferencian por la tecnología en que se basan para magnetizarse, el principio es siempre el mismo: una pieza llena de bobinas independientes que, gracias al controlador que envía la corriente eléctrica de forma secuencial, generan un campo magnético rotatorio que es ‘perseguido’ por el rotor de su interior. Entre los varios tipos que existen están los de imanes permanentes, rotores de alimentación externa y rotores de inducción.
La contraparte del estátor, en el motor eléctrico, es el rotor. La interacción entre ambos es la que produce el movimiento del eje y, por lo tanto, el funcionamiento del motor eléctrico y el movimiento del vehículo. Por eso, aunque en esencia los motores eléctricos se basan todos ellos en el mismo principio, la tecnología que se utiliza produce importantes diferencias en las prestaciones de cada uno.
Cuando el vehículo eléctrico está en aceleración es porque la energía eléctrica llega al inversor de la batería como corriente continua, donde sea transforma a corriente alterna y se transmite al motor. El estátor la recibe, crea el campo magnético que interactúa con el rotor y produce su movimiento. En desaceleración, sin embargo, el motor eléctrico genera una resistencia; la energía cinética se convierte, por el motor, en corriente alterna que se envía al inversor y la transforma en corriente continua para su almacenamiento en la batería.