La tracción total nació en el año 1967 y, como podrás imaginar, desde entonces ha evolucionado mucho, y además tomando diferentes vías. Está diseñada, en cualquier caso, con la intención de mejorar la capacidad de transformación de la energía que genera el motor en movimiento. Pero ¿qué tipos de tracción total existen? Y lo que es más interesante… ¿cuál de todas ellas es mejor para tu ‘4×4’ o SUV?
Como adelantábamos, la tracción total tiene como meta optimizar la transformación de energía del motor en movimiento del vehículo. Y esto es así en tanto que la capacidad de tracción de los neumáticos no se alcanza –tan fácilmente- utilizando cuatro ruedas motrices, en lugar de sólo dos.
Tracción integral permanente y conectable
Para comprender estos tipos de tracción total es interesante saber antes qué es el bloqueo de diferencial. ¿Por qué? Porque con ello cuentan los vehículos con tracción total permanente, los cuales tienen sus cuatro ruedas en constante tracción sobre la transmisión y aprovechan el diferencial central para permitir que las ruedas del eje delantero y posterior tengan un giro independiente. Si se bloquea el diferencial, que es lo que permite este giro independiente, entonces hay un reparto de tracción equivalente entre ambos ejes.
Por contra, en los vehículos con tracción total conectable tenemos una configuración de tracción delantera o trasera con acople del otro eje. Y pueden contar con diferencial central para usar la tracción total a cualquier velocidad, o bien no contar con él y, por tanto, reservar esa tracción total conectable para según qué superficies y sólo a baja velocidad.
Diferenciales centrales
Haldex y Torsen
El sistema Torsen –entre los diferenciales centrales- es uno de los más eficaces, puesto que es capaz, de forma mecánica, de hacer un reparto automático del par entre los ejes. El problema de estos sistemas, que cada vez se usan menos, es que supone un notable incremento del consumo medio de combustible. Precisamente por ello, el sistema Haldex se ha planteado como una de las mejores alternativas: se usa en vehículos con tracción a un eje, y permite el envío de par al otro eje en caso de pérdidas de adherencia, con un reparto 90/10.
Diferencial electrónico
Otros sistemas, denominados diferenciales electrónicos, son los que aprovechan los sensores del ABS para modificar automáticamente la distribución de par en función del estilo de conducción o el tipo de superficie con diferentes modos. Sistemas que, por lo general, podemos configurar para tierra, nieve, carretera y funcionamiento automático; es decir, dejando que él mismo sea el que reconozca las necesidades en cada momento.
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