Un radar de velocidad te pueden poner una multa sin necesidad de que un agente de Tráfico te pare. Si te paran, la multa la recibirás en el acto. Ahora bien, si no hay ningún agente de Guardia Civil que te pare ¿cuánto tarda en llegar una multa de radar? El plazo puede variar, pero las multas de la DGT tardan entre una y tres semanas en llegar a casa, de media.
Si se trata de un radar móvil, lo más habitual es que haya un coche de la Guardia Civil con dos agentes y el radar de velocidad, y que más adelante haya otro coche de Guardia Civil en una rotonda, por ejemplo, esperando para parar a los infractores y en el acto notificar la multa. Ahora bien, en el caso de una multa de radar fijo, lo más habitual es que nadie nos pare. Y en este caso, por lo tanto, hay que esperar a que la multa de tráfico nos llegue a casa, que será cuando empiece el plazo de la bonificación por pronto pago.
Los plazos y otros detalles clave
Aunque el plazo puede variar por diferentes cuestiones, por norma general una multa de radar tarda en llegar entre una y tres semanas. A pesar de ello, lo más recomendable es recurrir a otros métodos para saber si tenemos multas. Podemos revisarlo por Internet, o a través de nuestro propio teléfono inteligente, porque por vía digital también nos puede llegar la notificación de la multa y sería exactamente igual de válido que si nos llega físicamente, y por correo, directamente a nuestra casa.
También hay que tener en cuenta que la Dirección General de Tráfico tiene un plazo máximo para la notificación de las infracciones de los conductores. Exactamente tres meses si se trata de una infracción leve, y un plazo máximo de seis meses para el caso de las infracciones graves. Pasado este tiempo, para cada tipo de infracción, podríamos estar tranquilos porque se habrían excedido los plazos máximos para la notificación. Es decir, que nos libraríamos de la multa que corresponda.
Y otro aspecto importante, y a tener en cuenta, es que las notificaciones de infracciones le llegarán directamente al titular del vehículo. Es decir, que si el vehículo no es nuestro, y no estamos declarados como conductor habitual del vehículo, entonces no nos va a llegar la multa a nosotros. En este caso, la multa por la infracción cometida le llegaría a quien sea el titular del vehículo. Y en la propia notificación tendría que declarar quién fue el conductor infractor.