El Filtro Antipartículas es un habitual en los motores diésel, pero la alemana Mercedes ha adelantado ya que, desde 2017, también formará parte de los motores gasolina. El primero en incorporarlo será el Mercedes Clase S, y este movimiento no es sino una respuesta a la preocupación por las emisiones contaminantes y el desfase entre consumos. Porque, según se ha podido conocer recientemente, la inyección directa en mecánicas gasolina también es una ‘máquina de contaminación’.
Contenidos
El plan de Mercedes para mejorar sus motores
Invertirán 3.300 millones de dólares en un nuevo plan para mejorar sus motores, y esta medida de adoptar el FAP también en los motores gasolina está englobada dentro de estos planes de mejora global. Estudios sobre motores gasolina de inyección directa han mostrado cómo, aunque el downsizing reduce de forma considerable las emisiones de CO2, la emisión de otras partículas contaminantes puede llegar a multiplicarse incluso por 1.000.
Mercedes no será la única que introduzca en sus motores gasolina el filtro antipartículas o FAP, y se espera que otros fabricantes anuncien también, próximamente, cuándo empezarán a equipar sus mecánicas con este sistema y qué modelos se verán afectados originalmente. Y aunque todo apunta que las prestaciones se mantendrán idénticas, habrá que ver si los resultados son los mismos que para los diésel, o no.
Mercedes ya ha probado el FAP en motores gasolina
Por la parte que respecta a la alemana, todavía tendremos un año por delante hasta que lleguen las primeras mecánicas gasolina con FAP a la Clase S, que será el primero de todos en recibir estas nuevas versiones. No obstante, el fabricante ya ha estado probando filtros antipartículas durante los dos últimos años, aunque no haya habido demasiadas noticias al respecto. La clave en este asunto, no obstante, es que no comprometerá la fiabilidad o rendimiento de sus motores, según las pruebas que han llevado a cabo hasta el momento.