El centro de innovación que tiene Volkswagen en los Estados Unidos acaba de dar a conocer una serie de avances tecnológicos que pueden cambiar por completo el coche eléctrico en cuestión de pocos años. Uno de estos avances, para el que por cierto han utilizado inteligencia artificial, es una nueva carcasa de batería que en lugar de utilizar acero se basa en una estructura de resinas líquidas impresas en 3D, y con forma de pequeñas pirámides, y que permite reducir el peso un 60%. Lo que, evidentemente, permitirá lograr una mejor autonomía gracias a una sustancial mejora de la densidad energética.
La compañía alemana, a través de su centro de innovación en los Estados Unidos, ha presentado en sociedad una enorme innovación que afecta de forma directa a la carcasa de las baterías de los coches eléctricos. Un sustituto del acero que se usa de forma habitual. Se trata de una estructura modular repetitiva que se basa en pequeñas pirámides impresas en 3D y a partir de resinas líquidas. Esta estructura puede contener 30.000 veces su propio peso, de tan solo 68 gramos, y plantea una reducción de peso del 60% con respecto a las carcasas actuales. Pero es que esta no es la única innovación que ha presentado Volkswagen para sus próximos coches eléctricos que llegarán en el futuro, sino que tienen más avances tecnológicos muy prometedores.
Baterías más ligeras, interiores de papel, carga inalámbrica rápida y otras innovaciones de Volkswagen para sus próximos coches eléctricos
También han enseñado un proceso de preformado y prensado en caliente de termoplásticos reforzados con fibra de celulosa que, en esencia, va a permitir la construcción de nuevos interiores con piezas a base de papel. Con una gran durabilidad y resistencia, pero una vez más con un peso mucho más ligero que las piezas plásticas que se usan en los interiores de los coches eléctricos actuales. Esto también puede repercutir de forma directa y positiva sobre la autonomía, además de que son componentes más respetuosos con el medio ambiente.
Otro importante avance tecnológico que han mostrado en sociedad es su diseño de bobina y almohadilla de carga inalámbrica, para la recarga de la batería de coches eléctricos, que ya han patentado y se basa en carburo de silicio. Una tecnología que están probando, pero prometen que supera la eficiencia de planteamientos anteriores, y que ha podido llegar hasta los 120 kW frente a prototipos anteriores que alcanzaban los 6,6 kW de potencia de carga máxima. Lo mejor de todo es que esta tecnología de carga inalámbrica para coches eléctricos, avanzan los investigadores, puede llegar en un futuro próximo hasta los 300 kW de potencia máxima de carga.
Es curioso, porque estas innovaciones tecnológicas se han presentado justo cuando Volkswagen ha pedido, y de forma urgente, que la compañía empiece a reducir en gastos para buscar la rentabilidad de sus coches eléctricos y los nuevos negocios de que disponen en torno al vehículo eléctrico. Estas tecnologías están de momento bajo pruebas y desarrollo, pero indudablemente pueden suponer una revolución en los próximos años. La carga inalámbrica es una de las tecnologías más perseguidas tanto por los fabricantes de coches eléctricos como por fabricantes de componentes para estos mismos.
De momento no se ha presentado una hoja de ruta respecto a estas tecnologías, pero los interiores basados en papel y la nueva estructura diseñada para las carcasas de las baterías pueden mejorar de forma notable la autonomía. Estos avances permiten que se usen baterías más pequeñas –por su capacidad de almacenamiento energético- y que, por tanto, para lograr una misma autonomía se puedan reducir los costes de producción y se puedan ofrecer precios más bajos al cliente final. Y la carga inalámbrica, sin duda, sería una revolución para la forma en que a día de hoy se usan los vehículos eléctricos. Más aún si llegan hasta los 300 kW de potencia máxima, como han prometido que pueden lograr.