Tesla mejora la refrigeración de la batería en el Model S

tesla model s plaid

La experiencia de Tesla en coches eléctricos permite al fabricante estadounidense ir un paso por delante en cuestiones técnicas como la refrigeración de las baterías de sus vehículos. En el Tesla Model S, la compañía con Elon Musk al frente acaba de estrenar su sistema U-Flow de refrigeración. Antes utilizaban un patrón en forma de S para controlar la temperatura de las celdas de la batería y ahora, sin embargo, han sustituido ese sistema por uno nuevo con patrón en forma de U.

De entre los sistemas de refrigeración de baterías, Tesla había estado apostando por un conducto que recorría su paquete de batería en forma de S. La batería del Tesla Model S estaba compuesta por 16 módulos de 444 celdas, para un total de 7.104 celdas. Y el gran problema estaba en que era un único tubo el que refrigeraba cada módulo; con el lanzamiento del Tesla Model S P100D, la marca especializada en coches eléctricos dividió el conducto en dos. Y aunque en esta evolución también aumentaron la cantidad de células totales del paquete de baterías de su berlina, el resultado fue que cada tubo refrigeraba 258 celdas, en lugar de 444 celdas. Es decir, que fue una importante evolución para el control térmico de la batería.

El Tesla Model S vuelve a mejorar su sistema de refrigeración de la batería

Con esta última evolución, de momento exclusiva del Tesla Model S Plaid, el sistema de refrigeración tiene un recorrido diferente en su forma y, además, cada tubo enfría 144 celdas, en lugar de las 258 celdas anteriores. De esta forma se ha conseguido que el control de la temperatura de la batería sea mucho mejor que hasta ahora. En datos más concretos, de 7 grados se ha pasado a 3,5 grados de diferencia entre la cabecera y el final de la línea.

A medida que Tesla ha estado mejorando las prestaciones de su berlina en términos de aceleración y velocidad máxima, con progresivas mejoras en los motores, el control de la temperatura de la batería ha ido suponiendo un reto mayor. Y no solo es cuestión de prestaciones en la conducción, sino que además la carga rápida de las baterías también va complicando, poco a poco, la gestión térmica de la batería. Así que, después de haber visto evoluciones en todos y cada uno de los demás apartados del Tesla Model S –y el resto de modelos-, después de algún tiempo le ha llegado una importante mejora al sistema de refrigeración de la batería.

También en este aspecto es donde Tesla está marcando las diferencias con respecto a otros fabricantes de coches eléctricos. No solo se trata de instalar motores eléctricos con elevadas prestaciones, y baterías con buena capacidad energética. Sino también se trata de incluir un buen sistema de refrigeración de la batería. De este modo, las prestaciones pueden aprovecharse de manera sostenida y, además, se puede garantizar una mayor vida útil del vehículo por el desgaste de la batería a lo largo del tiempo.