Aunque las compañías chinas están poniendo en serios apuros a las europeas tradicionales, la realidad es que Stellantis parece estar algo más despierta que Volkswagen, por ejemplo. O al menos parece que están tomando algunas mejores decisiones en los últimos meses. Ahora se ha podido saber que el grupo automovilístico está muy centrado en la intención de ‘reducir a la mitad’ las baterías de sus coches eléctricos. Ahora bien ¿qué quiere decir esto exactamente, y con qué intención? Afortunadamente, no se refiere a reducir la capacidad de almacenamiento energético, que es lo que perjudicaría a la autonomía de sus vehículos eléctricos.
En lo que parece que Stellantis está ahora mismo muy enfocada a es en reducir el peso a la mitad para las baterías de sus próximos coches eléctricos. De hecho, la enorme reducción de peso tiene un objetivo muy bien definido, y es que sus nuevos vehículos eléctricos pesen lo mismo que los gasolina. Para ello, Stellantis está trabajando de la mano de varias compañías dedicadas a la tecnología de baterías, y específicamente están explorando diferentes químicas posibles para hacer evolucionar sus paquetes de batería. El jefe de ingeniería del grupo, Ned Curic, durante la inauguración del Centro de Tecnología de Baterías de Mirafiori en Turín, Italia, ha explicado que es vital para avanzar que se consigan baterías nmás ligeras y empaquetamientos más eficientes de las celdas.
Stellantis quiere reducir el peso de las baterías cuanto antes ¿A qué viene tanta obsesión por este tema?
La batería de un coche eléctrico no solo es el componente más caro en este tipo de vehículos, sino que además es también el más pesado. Y el peso de esta pieza crítica afecta de forma negativa al rendimiento, a la eficiencia y también a la seguridad. La batería de un GMC Hummer EV, por ejemplo, es tan pesada por sí sola como un Honda Civic entero. A principios de este año, Stellantis hizo una fuerte inversión en Lyten, una compañía californiana que está desarrollando baterías ligeras basadas en litio-azufre.
La clave en estas innovadoras baterías está en que tienen unos menores costes, pero es que además reducen el peso un 60% y ofrecen una mayor resistencia a la fuga térmica. Es una de las varias opciones que explora Stellantis, con el foco puesto además en eliminar el níquel, el manganeso, el cobalto y el grafito de sus baterías, sobre todo por el negativo impacto humano y ambiental de trabajar con estos materiales. Otra opción que exploran son las nuevas baterías de sodio de CATL, que las estrenará Chery y ofrecen una buena densidad energética, capacidad de carga rápida y una mayor estabilidad térmica.
Recientemente, Stellantis presentó de la mano del CNRS de Francia, y junto a Saft –de TotalEnergies- una futura tecnología de batería con el inversor y cargador integrados en el paquete, de modo que se aumente la densidad energética, se reduzcan los costes y se mejore además la autonomía. En definitiva, Stellantis se ha apuntado a la carrera de las compañías chinas por tratar de optimizar la tecnología de batería más allá de lo que tienen a día de hoy disponible. Y en este sentido es, precisamente, donde parece que están avanzando más rápido y mejor que el Grupo Volkswagen.
La obsesión por reducir el peso de las baterías tiene que ver con la intención de reducir costes de producción. Una batería más ligera puede ofrecer la misma autonomía en un coche eléctrico si se optimiza la densidad energética, en tanto que el peso es un factor que va en contra de la eficiencia energética, como decíamos anteriormente. Si se reduce el peso, incluso con una menor capacidad de almacenamiento energético se puede conseguir la misma, o mejor autonomía, porque la energía que hay que consumir para hacer que el vehículo se mueva es notablemente inferior. Y ahora es en esto en lo que Stellantis parece estar muy enfocada.