Skoda, parte del Grupo Volkswagen, lo tiene muy claro con respecto a la electrificación de la marca y de sus modelos. El máximo responsable de la compañía, Klaus Zellmer, tiene muy claro que la marca checa quiere ‘poner los deseos de sus clientes en el centro’ y no comportarse con rebeldía, y tratando de competir por el último motor de combustión, sino sencillamente responder a la demanda de sus clientes. Así que, adoptando una postura muy parecida a la de Dacia, la ‘low cost’ de Renault, apostarán por mantener sus motores térmicos mientras los demanden sus clientes y exprimiéndolos en tanto que la normativa en Europa se lo permita.
En abril del pasado año 2023, Volkswagen le encomendó a Skoda la misión de ser ellos quienes se encarguen de continuar el desarrollo de motores térmicos de nueva generación bajo la serie EA 211. Y efectivamente, Skoda no solo ha asumido esa responsabilidad como parte del grupo automovilístico alemán, sino que además han adoptado la estrategia de mantener los motores térmicos en su gama. La actualización del Skoda Octavia es un buen ejemplo de ello, porque han mantenido los diésel en el catálogo; pero también la renovación del Skoda Superb y del Skoda Kodiaq. Ahora bien, la marca checa no está ignorando la electrificación, ni muchísimo menos, porque también van añadiendo a sus modelos distintas configuraciones electrificadas.
Skoda va a seguir vendiendo motores gasolina, y diésel, hasta que sus clientes dejen de pedírselos
El caso del Skoda Octavia es especialmente llamativo, porque no solo ha mantenido sus motores diésel y ha continuado con su apuesta por los propulsores gasolina. Es que además, con esta actualización del modelo han desaparecido las opciones híbridas enchufables porque no estaban consiguiendo un volumen de ventas significativo. Respecto a todo esto, Klaus Zellmer ha explicado que Skoda ‘ofrecerá a sus clientes lo que pidan’, y eso pueden ser desde motores diésel y gasolina hasta coches eléctricos de batería, pasando también por motores mild hybrid o híbridos enchufables.
Como comentábamos anteriormente, el directivo de Skoda ha matizado que no se trata de competir por el último motor de combustión, sino sencillamente de atender a los deseos de los clientes. Además, Zellmer considera que se va a reabrir el debate de los combustibles sintéticos en Europa porque más allá del año 2035 seguirán circulando muchos coches de combustión. Además, se está apreciando cómo en diferentes mercados europeos –y España es uno de los más destacados en este sentido- está envejeciéndose el parque automovilístico.
En el caso de Dacia, hace ya meses que Denis Le Vot, el director ejecutivo de la marca, aseguró que mantendrán los motores térmicos mientras se lo permita la normativa europea. Eso sí, es otra marca que también está llevando a cabo su propia evolución introduciendo, sobre todo, motores híbridos sin enchufe heredados de tecnologías de Renault. Y también están concentrando su apuesta en ofrecer la etiqueta ECO de la DGT en configuraciones baratas mediante el uso de motores gasolina compatibles con GLP.
La estrategia de Dacia es distinta, porque en su caso sí que exprimirán los motores gasolina hasta el límite, y tratando de desvincularse del resto del mercado como la opción más económica. Además, es verdad que, en contra de la postura de Skoda, Dacia sí que se ha deshecho de sus motores gasolina. De hecho, en la gama del Duster su motor diésel era una opción perfecta por su bajo consumo y un precio contenido, además de que tenía una gran demanda. Y con la llegada de la tercera generación del Dacia Duster, que está a punto de arrancar su comercialización en España, han decidido eliminar esta configuración mecánica de manera definitiva.