Estoy bastante cansado de leer en redes sociales discusiones vagas sobre el coche eléctrico, tanto a favor como en contra. Este tipo de vehículos parece que son inevitablemente el futuro de todos, o de prácticamente todos. Ahora mismo el hidrógeno como alternativa parece más un despiste sin fundamento que una realidad para los próximos años. Y yo, que llevo años probando coches, por supuesto que me posiciono a favor de ellos y, hablando en palabras más claras, me gustan. Eso sí, también tengo motivos objetivos para no comprarme uno todavía, y quizá mi ejemplo te sirva como referencia para tomar tus propias decisiones.
Desde mi punto de vista, como te iba diciendo, honestamente creo que todos acabaremos teniendo un coche eléctrico en algún momento. Y está bien, vale, pero estamos solo al principio de esta interesante tecnología que poco a poco va ganando cuota de mercado. No solo estamos viendo cómo cada vez hay más modelos, más opciones y, sobre todo, un abanico de precios más amplio. Sino que al mismo tiempo que el coche eléctrico y su mercado están madurando, también está creciendo la infraestructura de coches eléctricos. Y en paralelo, también está creciendo la energía fotovoltaica, que va a jugar un papel clave para que los precios no se disparen para el ‘combustible’ que usan este tipo de vehículos.
No es estar en contra del coche eléctrico, es que sigue sin ser ‘para todos’, y todavía quedan algunos años
Hace algunas semanas te conté que me iba a comprar el Citroën ë-C3, absolutamente convencido de que este será el mejor coche eléctrico de 2024 de entre los que tienen un precio razonable. Y poco más adelante te conté que lo cancelé para comprar otro modelo, una alternativa de 13.000 euros que no tiene absolutamente nada que ver con ese modelo. Ya te digo, a mí claro que me gustan los coches eléctricos, pero hay motivos de sobra para no comprarlos todavía.
El motivo por el que yo me compré un mild hybrid es porque ese eléctrico, el Citroën ë-C3, tiene un interesante precio de 16.800 euros al que podíamos acceder, sí, pero con un descuento de 7.000 euros al que no podíamos aplicar porque no teníamos coche para achatarrar. En nuestro caso nos habría salido 2.500€ más caro, y ya empezaba a ser demasiado dinero para un vehículo que íbamos a usar de ‘segundo coche’, sin tener cargador doméstico ni posibilidad de ponerlo –porque vivimos de alquiler-, sin placas solares y, encima, con la intención de viajar de Alicante a Madrid con cierta frecuencia. También te conté que he tenido problemas con un eléctrico en este viaje. Y los problemas que tuve fue con un coche con más batería y con más autonomía.
Estos, como te digo, fueron los motivos que a mí me llevaron a descartar el coche eléctrico, incluso a pesar de que el Citroën ë-C3 me parece un modelo excelente y que, desde luego, le espera un gran éxito comercial. Porque sí, ya empieza a haber ciertos modelos que cumplen con lo que muchos usuarios necesitan, pero no hay que engañarse: aún faltan ciertos modelos que cumplan con lo que muchos otros necesitamos, y todavía pasará algo de tiempo hasta que empiecen a llegar al mercado.
Los próximos años serán mejores para comprar un coche eléctrico y, poco a poco, todos los demás nos iremos comprando uno
Andar con peleas en redes sociales sobre estos temas es sencillamente estúpido. Pero es que discutir con cualquier fanático, sea de lo que sea el fanático en cuestión, nunca lleva a ninguna parte. Gracias al CEO de Tesla hemos visto cómo, para la suerte de todos, los coches eléctricos están bajando de precio en su amplia mayoría. Algo en lo que también ha ayudado, desde luego, que el litio esté bajando de precio, los paquetes de baterías estén desplomando sus tarifas y se estén empezando a usar más baterías LFP como alternativa a las antes mayoritarias baterías NCM.
En los próximos años se prevé que se empiecen a popularizar las baterías de sodio, que servirán para los coches eléctricos más baratos. Van a dar menos autonomía con este tipo de batería, pero es que al tiempo que vayan llegando estos modelos la infraestructura de carga continuará creciendo como ya lo está haciendo a día de hoy. Es decir, que con menos autonomía será suficiente para poder viajar sin demasiadas complicaciones, porque tendremos más puntos de carga en los que poder parar. Y en cualquier coche eléctrico, por lento que sea en corriente continua, recargar 200 km lleva suficientemente poco tiempo como para reanudar la marcha por otras dos horas de trayecto.
Pero vamos, que igual que se está mejorando en todo esto que te digo, cada vez es más habitual ver coches con 100 kW ó 150 kW de potencia de carga. De hecho, el mismo Citroën ë-C3 del que te hablaba antes tiene solo 44 kWh y 320 km de batería, pero es que se carga a 100 kW, y por eso viajar con él es más que viable. Y así ocurre con otros muchos modelos que están empezando a llegar al mercado y que continuarán lanzándose durante los próximos años.
En definitiva, la tendencia es que los precios de los eléctricos continúen bajando y sigan llegando nuevos modelos más económicos. La infraestructura sigue creciendo y también cada vez es más barato poner placas solares en casa para sacarles partido en menos tiempo. Toda la situación y el contexto del coche eléctrico sigue creciendo y por eso su cuota de mercado no para de aumentar en toda Europa, pero insisto en que seguimos en una fase muy prematura en la que no todos los usuarios tienen de su mano las condiciones necesarias para dar ‘el salto’ al coche eléctrico.