Hace apenas unas horas que se ha presentado el nuevo Cupra Tavascan y parece que ha gustado. Normal, porque tiene un excelente diseño de aire deportivo, una estilizada silueta coupé y unas prestaciones que alcanzan los 340 CV con tracción total y más de 500 km de autonomía. Pero también tiene algunas importantes carencias y no pasan desapercibidas. Sin duda, su tecnología de carga es la que deja el dato más decepcionante y evidencia el problema de Volkswagen en estos momentos con los coches eléctricos.
El Cupra Tavascan está a la altura de modelos como el Volkswagen ID.5 o el Skoda Enyaq, pero no le debería sorprender a nadie porque en esencia es el mismo coche. Está construido sobre la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, específica para coches eléctricos, y usa una batería de 77 kWh de capacidad de almacenamiento energético. Lo que sí ha cambiado es que estrena el nuevo motor eléctrico AP550 de Volkswagen en el eje trasero. Más potencia y una mayor eficiencia energética, así que aquí sí que tenemos una novedad tecnológica interesante y que, eso sí, habrá que probar para ver en qué medida ha mejorado respecto al motor anterior.
El mayor problema del Cupra Tavascan es, en realidad, un problema heredado de Volkswagen y la tecnología que tiene ahora disponible
Donde el Cupra Tavascan da una muestra de clara obsolescencia de la tecnología que tiene disponible ahora mismo el Grupo Volkswagen es en la tecnología de carga, como ya avanzábamos. Este coche eléctrico, con unas excelentes prestaciones por parte de su tren motriz y una muy buena autonomía, solo soporta hasta 135 kW de potencia máxima de carga en corriente continua. Esto es, sin duda, mucho menos de lo que puede ofrecer un Hyundai IONIQ 5, por ejemplo, que llega hasta los 230 kW de potencia máxima.
Y sí, es algo criticable porque el IONIQ 5 lleva ya un buen tiempo en el mercado y, sin embargo, el Cupra Tavascan se acaba de anunciar y ni siquiera se vende aún. Si los enfrentamos podemos ver, y de forma totalmente clara, que el Tavascan llega con tecnología obsoleta desde el primer día. Pero esto, efectivamente, no es tanto un problema de Cupra sino más bien de Volkswagen como grupo automovilístico y como proveedor de componentes de sus diferentes marcas. Entre las cuales, evidentemente, está Cupra.
La plataforma MEB del Grupo Volkswagen, sobre la que está construido el Cupra Tavascan, está preparada para coches eléctricos con un sistema eléctrico con arquitectura de 400 V. Entre otras cosas consigue menos eficiencia energética que un coche –como los de Hyundai y KIA- con arquitectura de 800 V, además de que no permite potencias de carga tan altas. Es una diferencia técnica realmente importante, y demuestra que el grupo automovilístico alemán está ahora mismo tecnológicamente por detrás de otras marcas como el grupo coreano que reúne a KIA y a Hyundai.
Por otro lado hay que tener en cuenta también, aunque esto es mucho más habitual entre los coches eléctricos actuales, que Volkswagen sigue ofreciendo a sus fabricantes baterías modulares compuestas por celdas prismáticas de tipo NCM. La química NCM es extraordinaria, pero ese diseño modular nació con la premisa de hacer baterías reparables y que pudieran acomodarse fácilmente a diferentes configuraciones y segmentos, y no ha sido especialmente buena ni para una cosa ni para la otra. Años después de haberla introducido, si se te estropea un módulo olvídate de que en ‘talleres Paco’ la abran y sustituyan un módulo únicamente. Eso habría sido genial, pero no ocurre. Hay que enviar la batería a ‘la central’ igualmente, por muy modular que sea.
Estamos deseando ver lo nuevo, de verdad, de parte de Volkswagen. La nueva plataforma MEB+ y, sobre todo, la todavía más nueva plataforma SSP. Marcas como BYD y Tesla han demostrado que el coche eléctrico necesita de baterías ‘Cell to Body’ que aprovechen mejor el espacio y volumen disponible, para lograr una mayor densidad energética, y celdas más avanzadas que las prismáticas que sigue usando aún Volkswagen. En realidad, estamos a punto de ver estos coches eléctricos de ‘nueva generación’ en Volkswagen.
Y cuidado, que todo esto no quiere decir que el Cupra Tavascan sea un mal coche eléctrico, ni muchísimo menos. Ahora bien, sí quiere decir que lleva algunas tecnologías menos actuales que las que montan otras opciones eléctricas del mercado. Y a mí, personalmente, si me voy a gastar dinero en un coche nuevo me gustaría tener esta información en la mano para ser yo quien decida de qué manera gastarme mi dinero.