La energía solar está constantemente evolucionando e introduciendo nuevas tecnologías que aumentan la eficiencia energética y otros factores clave. Y con cada novedad, en definitiva, se logra una mayor producción de electricidad y, por consiguiente, un mayor ahorro en la factura de la luz. Una de las últimas innovaciones de la industria son los paneles solares bifaciales, que frente a los convencionales son capaces de generar electricidad con las dos caras, en lugar de únicamente mediante la recepción de radiación solar por una de ellas. Es decir, el doble de electricidad y, por tanto, también el doble de ahorro en la factura de la luz.
La diferencia entre un panel solar bifacial frente a uno convencional, o también denominado monofacial, está en que la parte trasera también tiene células fotovoltaicas para recibir la radiación solar y producir en consecuencia energía eléctrica. Un panel solar convencional tiene una única cara fotovoltaica y la parte trasera es de material opaco. Sin embargo, los paneles solares bifaciales son capaces de producir electricidad mediante la recepción de radiación solar por las dos caras. En teoría esto debería dar lugar al doble de producción, y ese es su potencial teórico. Sin embargo, en la realidad se logran incrementos de en torno al 30% en la producción de energía eléctrica. ¿Por qué? Porque una de las caras no recibe radiación solar de forma directa en ningún momento, sino que lo hace de forma indirecta y por tanto su productividad energética es inferior, incluso aunque la eficiencia energética de las células fotovoltaicas de la parte posterior sea idéntica.
Hasta el doble de electricidad y el doble de ahorro en la factura de la luz con paneles solares bifaciales
La novedosa tecnología de paneles solares bifaciales por supuesto hereda las tecnologías de los paneles solares convencionales, con células monocristalinas o policristalinas. Y sus prestaciones, por una cara y por la otra, son idénticas a las de una placa solar monofacial tradicional. Como comentábamos anteriormente, la única diferencia radica en que estas placas bifaciales producen con las dos caras, y las tradicionales solo producen con una de sus caras. El potencial de esta tecnología se puede exprimir en ciertos tipos de instalaciones, pero no en cualquiera, porque en muchos casos una de las caras queda totalmente oculta.
En las granjas solares, donde las placas solares se instalan suspendidas y en módulos separados entre ellos, sí se puede aprovechar la tecnología de paneles solares bifaciales porque la luz penetra entre los módulos de la instalación fotovoltaica y puede reflejarse para que, aunque con menor intensidad, también se reciba radiación solar en la parte posterior de los paneles. En el ámbito doméstico, en viviendas de particulares, esta tecnología también se puede aprovechar. Pero no con las instalaciones convencionales fijadas sobre el propio tejado de la vivienda.
Calcular la mejora en la producción de los paneles solares bifaciales, con respecto a los paneles solares monofaciales, es algo bastante complejo. Depende de muchos factores, pero se estima que la ganancia media se sitúa en torno al 30%, a pesar de que los datos teóricos apuntan a un potencial del 100%. Hay que considerar en todo caso que la cara trasera siempre va a recibir menos radiación solar porque será a través de la luz reflejada. Además, el tipo de pavimento en el que se instalen va a hacer variar, y mucho, la producción de electricidad de esta cara trasera.
Estas placas solares bifaciales solo son una de las muchas tecnologías innovadoras que están llegando al mercado de la energía solar. Hay módulos solares esféricos y cada vez son más habituales las placas solares flexibles, por ejemplo. Son soluciones que están llegando para adaptarse a las particularidades de cada tipo de instalación, así como para aprovechar la máxima producción posible de energía eléctrica manteniendo el mismo espacio de ocupación por cada instalación que se despliega.