La batería de un coche eléctrico está compuesta de celdas de batería. Estas celdas, o ‘celdas electroquímicas’, explicado de la forma más sencilla posible son lo que comúnmente conocemos como pilas. Estas unidades que componen la batería constan de un electrodo positivo –o cátodo-, un electrodo negativo –o ánodo– y electrolitos que son los que permiten que los iones se muevan entre los electrodos. Este movimiento de los electrodos es la corriente, que sirve para alimentar el circuito o sistema eléctrico.
El batería de un coche eléctrico es uno de los elementos críticos. Es donde se almacena la energía eléctrica que necesita el motor –o los motores, si tiene más de uno- para poder mover el vehículo. Ahora bien, la batería es un elemento compuesto de celdas. Estas celdas son, como comentábamos anteriormente, pilas o pequeñas baterías en sí mismas que se conectan entre sí en diferentes módulos. Y a su vez, una batería está compuesta por varios módulos de diversas celdas.
La batería de un coche eléctrico se compone de módulos, y estos módulos de varias celdas
Las celdas de la batería de un coche eléctrico están conectadas entre sí formando módulos y, a su vez, estos módulos están también conectados entre sí conformando la batería propiamente dicha. No obstante, la batería de un coche eléctrico no se compone únicamente de celdas, sino que también tiene un complejo sistema de refrigeración. Este sistema de refrigeración está diseñado para que las celdas de la batería se mantengan en su rango de temperatura óptimo de funcionamiento, de tal modo que entreguen sus máximas prestaciones posibles en términos de carga y descarga.
Además, el sistema de refrigeración se encarga también de reducir la degradación de las celdas de la batería –y de la batería en su conjunto- y de permitir que funcionen de la manera más eficiente posible. Por otro lado, hay otros componentes que sirven para controlar el voltaje, entre otros parámetros. En lo relativo a la temperatura de funcionamiento de las celdas, también hay muchos vehículos eléctricos que cuentan con sistemas de precalentamiento para climas fríos, de tal modo que la batería esté en su temperatura correcta aunque la temperatura ambiental sea excesivamente baja.
Las celdas de la batería de un coche eléctrico pueden tener diferentes formas y tamaños, pero además también pueden tener diferente química. De estos factores dependen puntos clave como la densidad energética, la capacidad de carga y de descarga, la vida útil de la batería –en ciclos de carga y descarga- y otros. Las prestaciones y características técnicas de una batería no solo dependen de la cantidad de celdas que tenga una batería, sino también de la forma de las mismas y de su composición química, entre otros.