BMS son las siglas de ‘Battery Management System’, que se traduce al castellano como ‘sistema de gestión de la batería’. Es un componente que está instalado tanto en los coches eléctricos como en los electrificados; es decir, también en los híbridos y en los híbridos enchufables. Y tal y como indica su nombre, es un sistema que se encarga de controlar la batería y, más bien, su correcto funcionamiento a nivel de voltaje. Está conectado directamente a la centralita de un vehículo eléctrico.
El BMS de un coche eléctrico está enfocado, sobre todo, a la seguridad de un coche eléctrico. ¿Por qué? En un coche eléctrico hay centenares de celdas de batería agrupadas entre ellas en módulos, y estos módulos están conectados entre ellos conformando el paquete de batería propiamente dicho. Pues bien, la batería está conectada a la centralita del vehículo eléctrico, que es un circuito impreso que maneja el funcionamiento de la batería y recibe información en tiempo real sobre todos sus parámetros. El BMS es el que se encarga de controlar el funcionamiento de la batería, sobre todo, haciendo que la tensión se mantenga entre los valores máximos y mínimos establecidos por el fabricante.
Así funciona el BMS de un coche eléctrico y estas son sus funciones principales
La función principal del BMS de la batería de un coche eléctrico es controlar y gestionar la carga y descarga de energía de la batería. En la carga en corriente continua, con potencias elevadas, el BMS es el que se encarga de gestionar la potencia para que la tensión no supere los valores máximos establecidos y, de este modo, no se dañe. Pero al mismo tiempo, este dispositivo es el que se encarga también de que la potencia de carga sea la máxima posible, de modo que el tiempo de carga de la batería del vehículo eléctrico se reduzca en tanto que sea posible.
Otra de las funciones clave del BMS es tan sencilla, y al mismo tiempo tan compleja, como es monitorizar de forma constante, y en tiempo real, no solo la carga y descarga sino también el estado de todas y cada una de las celdas de la batería. Esto no solo sirve para el control de la carga, sino también para la gestión de entrega de energía al propulsor y a todos los sistemas electrónicos del coche. La demanda que el conductor hace al pisar el acelerador está controlada también por el BMS.
Y por supuesto, el BMS de la batería de un coche eléctrico, que en muchas ocasiones pueden ser más de uno, se encarga de balancear la carga de las celdas de forma independiente. Esto es otro aspecto fundamental para evitar la degradación prematura tanto de las celdas, de manera independiente, como del paquete de batería en su totalidad.
Entre los muchos parámetros y datos con que trabaja el BMS de un coche eléctrico, uno fundamental es la temperatura. En un paquete de batería hay una serie de sensores de temperatura que envían información a la centralita y que maneja el BMS. Una temperatura por encima de la debida también supone un grave riesgo para el normal funcionamiento de la batería, y puede llevar a una degradación de la capacidad de almacenamiento energético.