La batería NCA es una batería de níquel-cobalto-aluminio; es decir, una batería de litio, pero con el cátodo compuesto por níquel, cobalto y aluminio. Este tipo de baterías ofrece una muy alta densidad energética, superior a la que ofrecen las LFP y las NMC. Gracias a esto, la batería NCA se ha convertido en un tipo de celda muy relevante para los coches eléctricos, puesto que pueden ofrecer valores de autonomía más elevados sin sacrificar el peso o el espacio en el vehículo.
Una única celda NCA puede proporcionar el doble de energía que una celda LFP ocupando exactamente el mismo espacio. Esto es gracias a su elevada densidad energética, como ya comentábamos, que ronda los 320 Wh/kg. Ahora bien, la batería NCA ofrece unos niveles de seguridad inferiores a los de una batería LFP. En caso de cortocircuito es más probable que se quemen, y produzcan llamas, además de que su resistencia a las altas temperaturas también es algo menor. Por eso, las baterías NCA tienen algunas claras ventajas en su aplicación para coches eléctricos, pero muestran también algunas claras desventajas. No obstante, poco a poco se están mejorando sus niveles de seguridad.
La batería NCA o batería de níquel-cobalto-aluminio
Frente a las LFP, que ofrecen un excelente rendimiento a altas temperaturas, las baterías NCA tienen un mejor desempeño a bajas temperaturas. A -20 ºC, una celda NCA es capaz de liberar el 70,14% de su energía y, sin embargo, una celda LFP solo es capaz de liberar un 54,94%. En el caso de una batería NCA, la meseta de voltaje de descarga de la batería es mucho más elevada y comienza antes que la de una LFP cuando las temperaturas son reducidas. Por eso, en climas fríos las baterías con química de níquel-cobalto-aluminio muestran un rendimiento destacablemente superior al de una celda de litio-ferrofosfato.
Pero además hay algunas otras ventajas en las celdas NCA, como por ejemplo la eficiencia de carga de las baterías. A 20 ºC, la batería de litio NCA es capaz de mantener una relación de corriente constante del 52,75%, mientras que una LFP solo alcanza al 10,08%. Y en cuanto a ciclo de vida, sin embargo, la vida teórica de una batería NCA es de 2.000 ciclos, aproximadamente. Y hay que considerar que una batería NCA puede mantener tan solo el 70% de su capacidad tras 3.000 ciclos de carga, mientras que una LFP seguirá manteniendo el 80% después de haber pasado por los mismos 3.000 ciclos de carga.
Todo esto quiere decir que una batería con celdas de química NCA es excelente para un coche eléctrico porque ofrece una extraordinaria densidad energética, además de que la eficiencia de carga devuelve también valores realmente buenos. Sin embargo, también es cierto que son baterías que ofrecen un nivel de seguridad más bajo que las alternativas posibles del mercado, y además su ciclo de vida también es más reducido. Otro punto a tener en cuenta es que tienen muy buen rendimiento a bajas temperaturas, pero cuando las temperaturas son elevadas el rendimiento es peor que en una LFP.