En el puesto de conducción del coche tenemos siempre a la vista el cuadro de instrumentos, donde se muestra información como la velocidad a la que circulamos o también el consumo del vehículo. Aquí es donde, en caso de avería de cualquier tipo, veremos cómo se iluminan los testigos. Pero estos testigos del coche siguen un código de colores, y es así porque de este modo podemos conocer fácilmente cuál es la gravedad del problema que pueda estar afectando a nuestro coche. Es decir, que no tiene el mismo significado que un testigo del coche se encienda en color rojo, naranja, verde, blanco o azul, que son varios de los colores con los que pueden iluminarse.
Los fabricantes de automóviles no siguen un patrón común para los testigos; esto quiere decir que en un modelo de Mazda vamos a encontrar testigos distintos que los que hay en un coche de SEAT, por ejemplo. Sin embargo, lo que sí tienen todos ellos en común es que existe un código de colores. El código de colores sirve para que el conductor pueda identificar de forma rápida y sencilla el nivel de gravedad del problema que está afectando a su vehículo. Por eso, cuando se enciende un testigo en el cuadro de instrumentos de nuestro coche, debemos fijarnos de qué color es esa pequeña imagen. Y ahora mismo vamos a ver qué significa cada color de los testigos.
Qué gravedad tiene una avería si es rojo, naranja o verde
Un testigo de color rojo quiere decir que nuestro coche sufre una anomalía grave y que, por lo tanto, deberíamos detener el vehículo de manera segura tan pronto como sea posible. Cuando en nuestro coche se enciende un testigo de color rojo, deberíamos solicitar asistencia y no seguir circulando con el vehículo de forma normal. Si se enciende un testigo de color naranja o amarillo, sin embargo, tiene una gravedad menor, pero es igualmente un problema que requiere de una revisión.
Cuando se enciende un testigo de color naranja no es tan urgente que paremos el vehículo y, a priori, sin abusar, podríamos continuar circulando con cierta precaución y solo si es necesario. Este tipo de averías requieren de acudir a un taller para que revisen debidamente qué problema existe. Y sin embargo, si se nos enciende un testigo de color verde, azul o blanco, entonces no tenemos por qué preocuparnos, porque no se trata de una avería. Estos colores se utilizan para informar al conductor de determinados parámetros del vehículo, pero no para alertar de ningún tipo de avería.
Aunque el color de los testigos ya nos da información sobre cómo de grave es el problema que afecta a nuestro coche, hay que mirar en el libro de mantenimiento de nuestro vehículo para poder saber qué significa exactamente lo que se está mostrando. Hay muchos testigos que tienen un significado por sí solos, pero en muchas ocasiones los fabricantes usan combinaciones de varios testigos para alertar de una avería en concreto. Y todo esto tenemos que revisarlo en el propio libro de mantenimiento del coche.