Que los cambios automáticos están de moda nadie lo duda. Son más cómodos, rápidos y por si fuera poco nos hacen gastar menos combustible y mantener una conducción más eficiente. Los cambios de doble embrague son los más sofisticados dentro de los automáticos Pero ¿qué son realmente? ¿cómo funcionan? En este artículo vamos a intentar explicar el funcionamiento básico de un cambio de doble embrague.
A pesar de lo que mucha gente pueda pensar, las cajas de cambios de doble embrague no son un invento nuevo. La primera patente para una caja de cambios de doble embrague corresponde a los inventores Adolphe Kégresse y Rudolf Franke en los años 1939 y 1940 respectivamente. En 1969 Porsche empezó a estudiar este tipo de cajas de cambio descubriendo las numerosas ventajas que tenían. Las probó en el 911 RS 2.7 Direct Shift Gearbox (DSG). Pero los cambios automáticos no gozaban de demasiada popularidad, al menos en Europa, así que su desarrollo quedó parado durante unos cuantos años. Fue la competición la que le dio a los cambios de doble embrague el impulso que necesitaban para posteriormente popularizarse y montarlos en nuestros coches.
¿Cómo funciona una caja de cambios de doble embrague?
Lo primero que hay que decir es que el funcionamiento de un cambio de doble embrague se basa en la utilización de un sistema de doble embrague robotizado y doble conjunto de marchas, uno para las pares y otro para las impares.
La descripción básica de su funcionamiento es la siguiente; al arrancar el motor tenemos todas las marchas desacopladas y los dos embragues acoplando el giro del motor. Realizando la conducción en modo automático, el sistema electrónico acciona los dos embragues e inserta la primera marcha. Dejamos de pisar el freno y nos ponemos en marcha, el mando de los embragues comienza a acoplar parcialmente el embrague correspondiente al eje de marchas impares produciendo el movimiento del vehículo. Al pisar el acelerador va cerrando completamente el embrague impar al mismo tiempo que va colocando la segunda marcha en el conjunto de marchas pares.
Cuando el coche ha adquirido la velocidad necesaria para el cambio de marcha, el sistema desacopla el embrague de las marchas impares y acopla el de las marchas pares, en el que ya estaba engranada la segunda marcha. A la vez, en el conjunto de las marchas impares es seleccionada la tercera velocidad para cuando el coche llegue a las revoluciones adecuadas. El proceso vuelve a realizarse al llegar al siguiente cambio, acoplando la tercera marcha y liberando el conjunto de pares para que el sistema coloque la cuarta marcha.
Parece un poco lioso, pero en definitiva, la mecánica del conjunto no es más que mantener dos marchas engranadas, la utilizada y la siguiente o posterior, dependiendo de si el coche va acelerando o frenando. Esto es otro tema importantísimo en los cambios de doble embrague. Un complejo software trata de “leer” tanto las condiciones físicas de la vía por la que circulamos, como las intenciones del conductor. Y es aquí donde los fabricantes tratan de diferenciarse del resto, ofreciendo cajas de cambio de doble embrague con diferentes programas de uso que se adapten a nuestras expectativas, condiciones climáticas o de la carretera o simplemente a nuestro estado de ánimo ¿Se imaginan una caja de cambios que realizara una conducción para los momentos en los que estamos enfadados y otra para los que estamos contentos? Seguro que llegará….