El filtro del habitáculo del coche se recomienda que se sustituya cada año. Esta es la recomendación general de la mayoría de los fabricantes. Por norma general, la sustitución de este filtro se hace cada 15.000 ó 30.000 kilómetros recorridos, aproximadamente. Esta gran diferencia radica en que los recorridos se hagan más por zona urbana o por autopista, y también depende de dónde –en términos geográficos- se suela utilizar el vehículo.
El cambio del filtro de polen del vehículo es una tarea de mantenimiento sencilla y económica. Se puede hacer en apenas 20 minutos y sí, lo podemos hacer nosotros mismos sin conocimientos de mecánica, con las decenas de guías que hay en Internet que lo explican de forma sencilla. De hecho, si lo hacemos nosotros mismos el precio será de entre 12 y 35 euros, aproximadamente, que es lo que cuesta un filtro de polen. El precio puede variar en función de la marca y el modelo que nos corresponda, según nuestro vehículo, pero nunca llegará a superar los 50 euros. Si lo hacemos en taller, apenas nos debería costar entre 40 y 60 euros, aproximadamente.
Los talleres no lo suelen hacer, pero deberían
La información exacta la vamos a encontrar en el libro de mantenimiento de nuestro coche, donde el fabricante especifica qué mantenimiento exacto se le tiene que dar a nuestro vehículo. En cualquier caso, suele ser cada 15.000 ó 30.000 kilómetros recorridos, y la recomendación general es que se haga el cambio una vez al año. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que es recomendable hacer el cambio en las últimas semanas de invierno, antes de que se empiecen a notar los efectos de la primavera. ¿Por qué? Porque es entonces cuando aumenta la polinización de las plantas y, en consecuencia, empiezan los mayores problemas relacionados con alérgenos.
Pero además, el filtro del habitáculo del vehículo no solo es importante para protegernos de los problemas de alergias. Es un elemento sencillo de nuestro vehículo, pero realmente eficaz para protegernos de la sequedad durante los meses de verano, y del aumento de contaminación que se produce cuando llegan las altas temperaturas. Durante el invierno, por el hecho de haber mayor humedad, y mayor frecuencia de precipitaciones en forma de lluvia, el filtro se degrada a un ritmo más rápido.
Así que, en tanto que es una tarea de mantenimiento fácil y barata, lo mejor es cumplir con las recomendaciones y hacer el cambio del filtro de polen una vez al año, o cuando hayamos cumplido con los entre 15.000 y 30.000 kilómetros recorridos, en función de lo que recomiende el fabricante de nuestro vehículo. De este modo nos aseguraremos de que en el habitáculo de nuestro coche se respira un aire más limpio y sano.