Volvo tiene un simple software que acelera la carga de los eléctricos sin dañar la batería

breathe battery

En los coches eléctricos hay, por supuesto, una gran parte de hardware de la que dependen sus prestaciones. Pero su introducción ha hecho que el software se vuelva crítico, muchísimo más relevante de lo que era antes. No solo afecta a los ADAS, a los sistemas de conducción autónoma o incluso a cómo el motor eléctrico entrega su potencia. Es que el software también puede proporcionar una importante mejora en la potencia de los sistemas de carga. Así lo demuestra Breathe Charge, una tecnología de Breathe Battery Technologies, con la que Volvo se acaba de asociar.

Con esta asociación, Volvo se ha convertido en la primera marca de automóviles en utilizar el software Breathe Charge, que está específicamente desarrollado para acelerar la carga de la batería de los coches eléctricos con un enfoque singular. Según las indicaciones que ha hecho la marca sueca de forma oficial, este software permitirá que sus coches eléctricos de nueva generación puedan cargar tres veces más rápido su batería entre un 10% y un 80%. No obstante, el grado de mejora que se puede experimentar es algo que también depende del tipo de batería. Porque, como te decía anteriormente, también hay aspectos que dependen de forma directa de las capacidades del hardware.

Sólo ‘una actualización’ para multiplicar la velocidad de carga de la batería

Según describen el funcionamiento de este software, los sistemas de carga tradicionales se basan en un conjunto de reglas establecidas previamente y, digamos, fijas. Sin embargo, Breathe tiene un sistema adaptativo que aplica las reglas en tiempo real. Es decir, que se basa en varios algoritmos que de forma constante, y en tiempo real, analizan el estado de la batería y del sistema de carga para optimizar su funcionamiento y velocidad. Me imagino que aplicando más, o menos potencia, en función de parámetros como la temperatura de las celdas.

La clave, por supuesto, es que no supone amenaza alguna para la vida útil de la batería y no produce mayor degradación. Estos algoritmos tienen en cuenta el estado de la batería en tiempo real para evitar daños en el revestimiento de litio de los ánodos. En la carga, lo que tiene que ocurrir es que los iones de litio se inserten en el material del ánodo, que en las baterías de iones de litio suele estar basado en grafito. Sin embargo, durante la descarga los iones se liberan por los ánodos y son absorbidos por los cátodos.

El problema que tienen las baterías actuales es que si se aplica demasiada potencia, o si la temperatura es demasiado baja para la potencia aplicada, los iones de litio pueden formar capas metálicas en la superficie de los ánodos. Esto es lo que aumenta la resistencia eléctrica interna y reduce progresivamente la capacidad de almacenamiento energético de las celdas. Son las conocidas dendritas, que producen una progresiva degradación. Y este software, al menos según explican, no produce mayor degradación que los sistemas de carga convencionales.

Las propias baterías están evolucionando de forma constante para reducir la producción de dendritas mediante cambios químicos y la introducción de estructuras internas. Pero al mismo tiempo, los sistemas de carga también tienen parte de la ‘responsabilidad’, digamos, en la reducción de los riesgos de degradación. Y este software, que ya está al alcance de Volvo, y se empezará a implementar próximamente en sus coches eléctricos, es capaz de acelerar la carga de forma destacable y al mismo tiempo cuidar la salud de las celdas en mayor medida que los sistemas de carga convencionales.