Es curioso, porque hubo unos cuantos años en que los coches estaban atrasados a nivel tecnológico y nos faltaban conexiones USB, navegadores GPS que fuesen realmente buenos o pantallas de calidad. Y desde hace algunos años la cosa ha cambiado hasta tal punto que parece que hay una guerra abierta por encontrar quién ‘la tiene más grande’, en cuanto a pantallas. Y lo más habitual es que las marcas de coches que se suman a esta tendencia lo ‘vendan’ como un avance o una mejora, pero nada más lejos de la realidad. Sí, el avance tecnológico en el habitáculo de nuestros coches es bueno, pero hay un motivo real detrás de esta enfermiza apuesta por las pantallas gigantescas.
Ahora mismo, en la industria del automóvil hay tres posturas respecto a esto. Marcas como Toyota se han desprendido de la tendencia del mercado casi por completo y están evolucionando lento, demasiado lento, y ofreciendo tecnología obsoleta en sus nuevos coches. La propia Toyota está empezando a corregir esto, pero les hemos visto arrastrar las pantallas capacitivas, con bajo brillo, mal contraste y una respuesta táctil lenta hasta que ha sido insostenible. Otras marcas, como Hyundai, apuestan por tener interiores muy tecnológicos, sí, pero priorizando el sentido común y manteniendo botones físicos en tanto que sea necesario para dar protagonismo a la ergonomía y seguridad durante la conducción. Y luego están Tesla y las que siguen a Tesla, que han optado por tratar de hacerse ver como ‘la vanguardia tecnológica’ apostándolo todo a las pantallas y llegando incluso a deshacerse de los cuadros de instrumentos, o mandos esenciales como el de los limpiaparabrisas, el de los intermitentes o el claxon. El motivo real detrás de esto no es el que la mayoría de las personas creen, porque así nos quieren hacerlo creer. No se trata de un avance tecnológico, sino de una descarada reducción de costes de producción que va en contra de la ergonomía y la seguridad.
El motivo por el que las enormes pantallas están tan de moda en los coches no es la evolución tecnológica, es una fuerte reducción de costes
Hemos dado por certero que el futuro del automóvil es la conducción autónoma. Y quizá es que sí, que ese vaya a ser el futuro, pero de momento las promesas respecto a estas tecnologías no se han cumplido en plazo ni en forma. Elon Musk ha sido uno de los principales abanderados de la conducción totalmente autónoma y no ha conseguido sus objetivos prometidos en multitud de ocasiones. Mientras tanto, su marca de coches eléctricos Tesla, y cada vez más fabricantes, siguen justificando el crecimiento de las pantallas multimedia en el habitáculo de los coches, y la reducción de mandos físicos, con el argumento de que ‘con los coches autónomos ni siquiera habrá volante’.
Algunas marcas de coches se están adelantando a que llegue ese momento y están poniendo en riesgo a los conductores con pantallas que distraen, interfaces de usuario que no son intuitivas y, en definitiva, sistemas tecnológicos a bordo del vehículo que van contra la ergonomía y contra la seguridad. Lo que, como decíamos, muchas personas no saben, es que estas pantallas son mucho más baratas que las anteriores botoneras y controles físicos. Así que sustituir todos esos botones físicos por una pantalla desde la que se controlan el climatizador o el ESP, y todas las demás funciones, es una cuestión de reducción de costes de producción.
Mucho cuidado, porque no es una cuestión de que las pantallas desaparezcan de los coches, ni mucho menos. Que haya pantallas ‘multimedia’ dentro de un vehículo es bueno, es evolución, y tiene que seguir ocurriendo. Pero llegar al extremo al que está llegando Tesla, y que el resto de fabricantes –una gran mayoría- están imitando es un sinsentido. Este tipo de ‘evoluciones’ deberían darse únicamente cuando la tecnología, ante todo, cumpla con lo que necesita un conductor que, sobre todo, es seguridad al volante. Y tener que mirar a una pantalla para tocar en tres o cuatro sitios distintos hasta finalmente poder cambiar un grado la temperatura del climatizador, desde luego que no juega en favor de la seguridad.
Hace apenas unos días, desde Hyundai lo dejaron claro. Ellos, como algunas otras pocas marcas, apuestan por contar con la máxima y mejor tecnología posible en el habitáculo de sus nuevos modelos, y el nuevo Hyundai KONA es una buena prueba de ello, pero hay mandos físicos que se niegan a eliminar hasta que no llegue la conducción autónoma total. No quieren que les pase ‘un Volkswagen’, que se excedieron quitando botones físicos y sus propios clientes se quejaron. Afortunadamente, la marca alemana se dio cuenta también y es algo que ha cambiado a partir del recién introducido restyling del Volkswagen ID.3. Pero vamos, que no te engañen, lo de ‘las pantallitas’ no es evolución, es reducción de costes.
Fuentes: TopSpeed, HackerNews, UXDesign